Boletín Crecer Nro 196: Servicio

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El liderazgo es un concepto compartido por el mundo y la iglesia. No debemos suponer que las interpretaciones cristiana  y no-cristiana sean idénticas. Jesús introdujo en el mundo un estilo de liderazgo completamente nuevo. ´´… el que quiere hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor… será siervo de todos… para dar su vida en rescate por muchos…´´  Mr. 10.42-45 Entre los seguidores de Jesús, liderazgo no es sinónimo de señorío. Nuestro llamado es a ser siervos, y no jefes, esclavos y no amos.
Aunque a los pastores actuales, se les debe “tener respeto” por su rol, pues “dirigen” a la congregación (1 Tesalonicenses  5.12 VP) e incluso se les debe obedecer (Hebreos  13.17) el énfasis de Jesús no se concentro en la autoridad de líder-gobernante sino en la humildad del líder-siervo. La autoridad de un líder cristiano no es mediante el poder  sino mediante el amor, no es por la fuerza sino por el ejemplo.
El peligro del liderazgo es el orgullo. Los fariseos amaban los títulos como “Padre”, “Maestro” o “Rabí”.
Sin embargo, la principal razón por la cual Jesús subrayo el rol de siervo del el líder es, por cierto, que el servicio a los demás significa el reconocimiento tácito de su valor.
Pero el mayor peligro del principio tal como se lo plantea es que considera el servicio como un medio  para otro fin (alcanzar el liderazgo), y por lo tanto se lo recomienda por su utilidad pragmática. Eso no es lo que enseña Jesucristo, para Jesús  el servicio es un fin en si mismo.
“…en el reino de Dios el servicio no es un trampolín a la nobleza; es la nobleza misma…”
¿Por qué, pues, identifico Jesús el servicio con la grandeza? Amor-entrega. Si los seres humanos son seres creados a imagen de Dios, entonces han de ser servidos y no explotados, respetados y no manipulados. En palabras de Oswald Sanders: “ La verdadera grandeza, el verdadero liderazgo no se logra reduciendo a los hombres al propio servicio, sino entregándose uno mismo al servicio desinteresado de los demás.”
Existe el  peligro de ver el liderazgo en términos de proyectos y programas. El liderazgo inevitablemente abarcara el desarrollo de tales herramientas, pero las personas tienen prioridad sobre los proyectos. Y las personas no deben ser “manipuladas” ni “manejadas”. Ambos son derivados de mano, ambos implican un manipuleo  de la gente como si se tratara de un producto en vez de una persona.
Los líderes cristianos sirven a los demás. Este sencillo principio debe librar al líder del individualismo excesivo, del aislamiento excesivo y de la construcción egocéntrica de un imperio. Pues quienes sirven a otros sirven mejor en equipo. El liderazgo en equipo es mas sano que el liderazgo universal, por varias razones.
La primera: los miembros de un equipo se complementan unos a otro, pues construyen sobre la base  de los puntos fuertes de cada uno y se compensan las debilidades mutuamente.
La segunda: los miembros de un equipo se animan mutuamente.
La tercera, los miembros de un equipo son responsables unos delante de los otros. Responsabilidad compartida. Se escuchan mutuamente y aprenden unos de otros.
El trabajo en equipo nos resguarda de los mayores peligros del liderazgo.
Estudios Basados en el Libro “La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos” de John Stott
Tito Robert
Ministerio Crecer
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