Hechos Concretos

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Mision simple blog

Cuando Nehemías asume el liderazgo para reconstruir el muro de Jerusalén, él define su tarea a través de una frase simple y concreta: «Yo la reedificaré» (Nehemías 2.5)

Me asombra como Nehemías asume el riesgo de la Obra que emprende.
Él podría decir «Voy a intentar», «Voy a ver qué puedo hacer», «Voy a ver en qué puedo ayudar».
Sin embargo, él decide poner delante de él y de los que lo escuchan un «Hecho concreto».

Esta decisión de definir concretamente cuál es su trabajo genera riesgos y ventajas.

Riesgos de esta decisión:

– No alcanzar la meta establecida.
– Tener que soportar la burla de los que esperaban que no se alcance el objetivo.
– Reconocer que no hemos sido capaces de lograr lo que nos propusimos.
– Perder el reconocimiento de los que trabajan con nosotros.

Ventajas de esta decisión:

– El líder y los que trabajan con él saben que quieren hacer exactamente.
– El «Hecho concreto» los desafía constantemente porque es un logro importante.
– La claridad del objetivo propuesto les permite medir si la obra avanza o no.
– Quedan al descubierto cuales tareas acercan al objetivo y cuales distraen.

En nuestra tarea como líderes de nuestras congregaciones necesitamos de la convicción de Nehemías para establecer en nuestro grupo de personas cual es el hecho concreto que queremos realizar para Dios.

Las cuatro ventajas de tomar este tipo de decisiones son suficientes para animarnos a guiar a nuestra gente a realizar «Hechos concretos» para Dios.

“HASTA QUE EL LÍDER NO TENGA LA CONVICCIÓN DEL HECHO CONCRETO QUE TIENE QUE REALIZAR Y SE LO TRANSMITA A LOS DEMÁS NINGUNA SITUACIÓN VA A CAMBIAR ALREDEDOR SUYO”

En el verso 12 del capítulo 2 Nehemías dice que «Ni había cabalgadura conmigo», lo que significa que no tenía mucho para empezar.

Los líderes que alcanzan Hechos concretos no necesitan muchos recursos para comenzar.

Lo que un líder necesita para comenzar es Fe, una visión de Dios en su corazón y un «Hecho concreto» que realizar.

Nehemías demuestra su claridad como líder al expresar en el verso 20 del capítulo 2 como piensa cambiar la situación actual.
Dios nos prosperará (Si no definimos «Hechos concretos» ¿en qué esperamos prosperar?)

Nos levantaremos (Si no cambiamos nuestras acciones y actitudes no lograremos nada)

y edificaremos (O sea realizaremos «Hechos concretos» que antes no se realizaban)

En el capítulo 6 y verso 9 Nehemías nos acerca tres motivos por las cuales los líderes y grupos de trabajo no alcanzan los «Hechos concretos» que desean.

1) La debilidad de nuestras manos 

Manos = Hacer.
No hacemos lo que deberíamos hacer y dedicamos nuestras manos a otras actividades.
Con el tiempo descubrimos que los «hechos que queríamos alcanzar» no se concretaron y que nuestras manos están ocupadas en otras cosas sin importancia (Satanás la tiene clara para hacernos caer en este tipo de distracciones)

2) No terminar lo que empezamos

Los argentinos somos especialistas en empezar bien, lo que nos cuesta es terminar lo que empezamos.
Por eso es que muy pocos líderes se animan a poner objetivos a largo plazo y prefieren las modas que van y vienen y mantienen entretenida la iglesia.
Realizar «Hechos concretos» requiere de perseverancia, paciencia y no bajar los brazos hasta ver la obra terminada sin sacar a relucir frases como «Dios me cambió la visión» o «Dios me mostró que ahora…» y dejamos los trabajos que iniciamos en su nombre a mitad del rio.
Esto puede ser un rasgo de irresponsabilidad en las tareas que iniciamos para Dios.

3) No dependemos de la fuerza de Dios

Nehemías dice «fortalece tú mis manos», mostrando que su voluntad está dispuesta al trabajo pero que sus fuerzas humanas necesitan de la fortaleza que solo Dios da a aquellos que emprenden desafíos concretos en su nombre.

El verso 15 del capítulo 6 es ejemplificador para nosotros como líderes:

Simplemente la Biblia dice «Fue terminado»
¿Son nuestros trabajos para Dios definidos de tal manera que sabemos si los hemos terminado?

Después dice «fue terminado, el muro», ellos tenían claro cuál era el «Hecho concreto» a alcanzar como pueblo en ese tiempo.
¿Son nuestros trabajos definidos de tal manera que todos los miembros saben lo que queremos hacer?

Sospecho que con la excusa de no poner «Hechos concretos» (metas claras) para nuestras iglesias muchos hemos (durante años) vagado sin alcanzar nada.

Creo que la realidad que indica que el 80 % de nuestras iglesias están sin crecer está íntimamente relacionada con nuestra falta de liderazgo en definir los «Hechos concretos» que nuestras iglesias tendrían que estar intentando alcanzar.

¿Pueden nuestros miembros decir con claridad qué es lo que nuestra iglesia quiere alcanzar este año?
Si no pueden definir lo que quieren lograr, no soñemos con que se pongan a trabajar.
Aquí es donde fallamos los líderes en no poner (como Nehemías lo hizo) delante de ellos un «Hecho concreto a alcanzar» que los desafíe y estimule a trabajar.

El verso termina diciendo que lo hizo «en cincuenta y dos días»
¿Son nuestros trabajos para Dios definidos en tiempo de tal manera que podemos medir nuestro desempeño?

Esto nos dice mucho de Nehemías.
Él le imprimió a su tarea un ritmo determinado.
En el capítulo 2 y verso 6 dice que él le señaló al Rey cuanto tiempo iba a tardar.
Esto significa que él no tuvo todo el tiempo del mundo, sino que estableció entre su gente un ritmo de trabajo para alcanzar este «Hecho concreto» en un tiempo determinado.

Aquí también (a veces) nos escapamos como líderes utilizando la frase de que «los tiempos son de Dios» (y esto es cierto).
Es tan cierto que «los tiempos son de Dios» como que la responsabilidad del ritmo de trabajo que se establece en nuestras iglesias es de nosotros los líderes.

Finalmente, el verso 16 del capítulo 6 nos dice los

Resultados que se producen cuando realizamos «Hechos concretos» para Dios:

1) Los enemigos temen.
2) El adversario es humillado.
3) Se da a conocer que Dios está realizando su obra.

«LO QUE HACEMOS (HECHOS CONCRETOS) DA A CONOCER A DIOS»

¿Cuáles serán los hechos concretos que Dios quiere realizar
a través de tu vida, tu célula o tu iglesia este año?

Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de llevar a nuestras células e iglesias a alcanzar lo que Dios nos tiene preparado.
No olvide que cuando Dios quiso guardar escrito el crecimiento de su iglesia no permitió que se guarde en un libro llamado «Sentimientos».
Tampoco en un libro llamado «Pensamientos».
Él prefirió que quede grabado en un libro llamado «HECHOS».

Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.

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