El tigre queda perplejo ante las 4 patas de la silla, los 4 puntos que se dibujan frente a el no le permiten definir cuales de ellos va a atacar. El domador recibe los aplausos. El circo disfruta. El tigre sufre.
El enfoque es uno de los principales signos de un líder que alcanza aquello que Dios le manda a hacer.
Si lo traemos a una situación simple todos tenemos el mismo día, la misma cantidad de horas, casi la misma cantidad de años, sin embargo algunos logran mas que otros y ciertas personas parecen tener mas tiempo que otras por lo que realizan.
Sin llevar este tema al extremo es importante que podamos ser personas enfocadas en aquello que es relevante. Muchos de nosotros hemos pasado días sin producir nada, horas sin lograr concretar algo y meses sin realizar aquello que deseábamos.
No me malentienda creyendo que el activismo histérico es lo que buscamos, a mi me encanta pasar tiempo libre, de descanso, de recreación, de familia, y otras yerbas pero me refiero al tiempo en que deseamos lograr y no lo hacemos, queremos concretar y nos dispersamos, queremos terminar algo y pasan días, buscamos avanzar y vemos que el día se nos fue, queremos ver a Dios obrar y no sabemos porque no sucede.
En la iglesia también nos sucede, muchas cosas y pocas nueces, mucho tiempo dedicado y poco fruto visible, mucho activismo y poca producción. Si fuéramos una fabrica de de clavos no me preocuparía pero en esta empresa que se llama Reino de Dios cuando nosotros no nos enfocamos hay personas que se pierden.
Sin ir mas lejos esta semana que paso, junto con Andrea, miembro de la iglesia del talar, fuimos a visitar a su mama y Dios nos regalo la oportunidad de que Marta y Yamila acepten a Cristo como Señor y Salvador.
Eso es enfoque, poner un día para hacer lo importante en el reino. Dejar de dar vueltas. No permitir que nada ni nadie te quiten el enfoque de que somos testigos, que Dios nos dio poder y no tenemos excusa para decir que no pudimos compartir el evangelio o enseñarlo a alguien.
Y cuando te enfocas todo se desencadena, Marta y Yamila aceptaron ser discipuladas, estaban dispuestas a empezar una célula en su casa en donde había otras tres personas más que podrían escuchar cada semana.
Por una simple acción, dos personas nuevas en el reino, tres a alcanzar y una célula lista para abrirse.
Eso es lo que se produce cuando te enfocas. Si como líder o pastor pudieras enfocarte cada semana en el evangelismo personal y realizarlo con tanta rigurosidad como tomas tu desayuno el crecimiento del reino se dispararía a una velocidad increíble.
Pero el domador (Satanás) sabe lo que hace. Coloca la silla delante de tus ojos, tres o cuatro cosas a hacer por delante y siempre el mismo resultado, lo vital postergado. Hace esto, selecciona un día, una hora y por nada del mundo dejes de hacer aquello que marca la diferencia. Si podes enfocarte veras la diferencia.
Tito Robert
Ministerio Crecer
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