¿Qué harías si solo te dieran diez personas a cuidar? ¿Qué harías si en vez de una gran iglesia Dios te ubica en el lugar de cuidar a diez personas? ¿Con que ganas trabajarías por esas diez personas? ¿No quedaría a la luz nuestra motivación si no estuviéramos dispuestos a trabajar con el mismo amor, diligencia y pasión por esos diez que por 100?.
Diez es mucho. Jesús empezó con 12. Dios estaba dispuesto a frenar su mano de juicio sobre Sodoma si hubiera encontrado diez justos.
En Génesis 18.32 Dios dice que “Por amor a los diez” puede cambiar de parecer.
Hoy quiero alentarte a vos líder de célula o pastor que entrena lideres y que derrama semana tras semana su vida en unos pocos. Quiero que sepas que entre tantos que atienden a pocos seriamente Dios esta cuidando a muchos. Nadie es tan tonto como para creer que las grandes iglesias son la iglesia de… (nombre personal).
Podemos decir que es la iglesia de… para identificarlas, podemos decirlo para alimentar su ego, pero todos sabemos que las iglesias grandes y pequeñas se sostienen en sus cimientos por aquellos que anónimamente en el reino de Dios hacen el trabajo fino de “amar, exhortar, alentar, sostener y desafiar” cara a cara, cada semana, a los miembros de la iglesia.
Son personas que han aprendido a amar a pocos, sin cartel, sin letreros y sin afiches que muestren sus rostros. Son los que sostienen y extienden el reino de Dios con entrega diaria, sacrificio puro y poco se los ve subir a un pulpito.
A vos que no estas saliendo publicitado en ningún lado hoy te aliento a seguir amando “a tus diez”. Dios ve tu trabajo y seguro te esta recompensando en formas que ves y que no ves.
Me llena de orgullo saber que “Por amor a los diez” muchos a través de tu vida hoy están recibiendo lo que necesitan para mantenerse firmes en la fe e ir por más.
Ser líder de célula es asumir uno de los trabajos mas serios que hoy se desarrollan en el Reino de Dios. Es el que esta al lado de los soldados, es el que tiene que escuchar cara a cara las alegrías y tristezas, es el que esta para poner la mano en el hombro y mirar a los ojos, el que puede descubrir una necesidad personal y cubrirla. Todas estas cosas no se pueden hacer desde un pulpito o como orador de un congreso.
Por eso hoy quiero celebrar tu vida. Porque sos una de esas coyunturas que se ayudan mutuamente según la actividad propia de cada uno para que el cuerpo reciba crecimiento.
Se que sos una de las razones del crecimiento de la iglesia, por eso hoy te desafío a seguir, a mejorar, a capacitarte, a crecer y a mantener puro, afilado y diligente tu amor por las personas tomaste la responsabilidad de cuidar. Seguí haciéndolo “Por amor a los diez”. Dios sabe que hacer con vos.
Tito Robert
Ministerio Crecer
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