Mision simple blog
El diálogo (del griego διά (diá, a través) y λόγος (logos, palabra, discurso) es una modalidad oral en la que dos o mas personas se comunican entre en un intercambio de ideas por cualquier medio.
El capitulo 3 de Génesis demuestra que el dialogo era una de las actividades regulares entre Dios, el hombre y la mujer. El dialogo sigue siendo la forma mas rica de comunicarse con otra persona. De hecho es la que usamos diariamente con Dios y sin ella no podríamos enriquecer nuestras relaciones.
Dentro de la características sanas que incluye un dialogo los especialistas aconsejan las siguientes:
– Al dar una información, busca que siempre sea de una forma positiva.
– Obedecer a la regla de que «todo lo que se dice, se cumple».
– Empatizar o ponernos en el lugar del otro.
– Dar mensajes consistentes y no contradictorias.
– Escuchar con atención e interés.
– Crear un clima emocional que facilite la comunicación.
– Pedir el parecer y la opinión a los demás.
– Expresar y compartir sentimientos.
– Ser claros a la hora de pedir algo.
El dialogo marca una gran diferencia en nuestras relaciones con Dios, nuestra esposa, hijos, amigos, clientes, miembros, etc . La capacidad de dialogar se ha suplantado en muchas áreas con el fin de ser más prácticos y alcanzar los resultados que deseamos. Con esto en mente muchos lideres pasan por alto el dialogo y buscan producir en sus seguidores lo que ellos desean sin darse cuenta que al colocar el dialogo a un costado ya dan un mensaje de falta de respeto por la otra persona.
Los hermosos diálogos de Jesús registrados en los evangelios demuestran que es un medio sano para formar, guiar, respetar, motivar y liderar.
Generalmente los lideres que no usan el dialogo como herramienta se quejan de que sus colaboradores no son lo que ellos esperan. No se dan cuenta de que tienen en sus manos el resultado que ellos mismos han cultivado ya que no ofrecer un dialogo abierto a personas maduras es empezar diciendo que lo que yo tengo para decir es mas valioso, que su opinión no merece escucharse y que el valor de sus palabras ya no existe.
Empezar a tener diálogos abiertos (no monólogos ni directivas) con las personas que queremos guiar es el camino que mas cambios y frutos traerá a la tarea de formación que deseamos desarrollar con las personas que Dios nos ha dado a cuidar. Instale el dialogo hoy mismo en todas sus relaciones y vera la diferencia.
Tito Robert
Ministerio Crecer
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