Boletín Crecer Nro 171:»4 formas de consolidar»

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Gracias a Dios debemos tocar este tema. Ya son muchas las iglesias que durante este tiempo estan preguntando como cuidar o consolidar a todas las personas nuevas que Dios les esta enviando como fruto de entregarse a un proyecto de trabajo ordenado y constante enfocado en colocar los mandatos de Cristo como nuestra prioridad como iglesia.
Cada semana iglesias estan viendo personas convertirse como fruto de implementar un proceso de evangelismo personal que como lo dicen varios pastores: «Esto no lo vamos a abandonar nunca más».
Este ingreso constante de nuevas personas que se acercan al Señor nos despierta a la realidad de preguntarnos ¿Cómo vamos a cuidarlas?, ¿Cómo las haremos crecer?, ¿Cómo prepararlas para el bautismo?
Pensando en este tema queremos compartir varios aspectos que creemos pueden ayudar a mejorar nuestro cuidado de las nuevas personas. Hay muchas formas de consolidar personas en la fe, aquí presentaremos cuatro que están a su alcance.
4 Formas de consolidar:
1) Discipulado personal uno a uno: Esta es la forma más eficiente de discipular y consolidar a una nueva persona.  Una sola persona se hace responsable de tener un encuentro semanal con la nueva persona durante todo el tiempo que dura el discipulado. Cualquier material de discipulado básico nos servirá para cumplir con este trabajo. Es recomendable un material que apunte a practicar hábitos y no a enseñar información. Que sea direccional, o sea que este llevando al discípulo hacia metas claras en cada lección con formas en que podamos ver si él esta incorporando las acciones de un cristiano.   Este primer discipulado tendría que incluír la enseñanza del bautismo y el desafío a concretarlo. Es importante no postergar el paso del bautismo si la persona desea concretarlo. La responsabilidad de que el encuentro suceda es de la persona que discipula. Si el discipulado se puede hacer en la casa del discípulo mejor ya que usted esta penetrando semanalmente en un ámbito donde necesitan de Cristo (familia, amigos, vecinos, etc.) Este tipo de cuidado permite a diferencia del grupal poder profundizar en forma personal los aspectos que el discípulo tendrá que ir corrigiendo en su vida cristiana. La mayoría de las personas que se quedan en la iglesia han recibido de alguna forma este cuidado personal uno a uno. Incorporarlo a la iglesia es como incorporar un antídoto a que las personas nuevas se vayan. En mi experiencia pastoral, el 80 % de las personas que recibieron cuidado personal uno a uno – Se bautizaron en el termino de dos meses. – Se volvieron cristianos estables y maduros. – Permanecen en la iglesia. Si usted quiere multiplicar su vida, cuando haga esta tarea lleve con usted a otro cristiano que quiera aprender, solo para que mire como se hace el trabajo y de esa manera pueda en el futuro involucrarse efectivamente. Si lo hacemos solos no estaremos generando nuevas personas que discipulan y eso no nos permitirá atender constantemente a nuevas personas.
2) Discipulado personal de uno a varios (3 o 5):  Cuando hablamos de esta opción es porque no tenemos la cantidad de personas dispuestas a cuidar a un nuevo discípulo uno a uno. Tengo 5 miembros dispuestos a discipular y 15 nuevas personas para atender. Aquí si bien descendemos un escalón en eficiencia la experiencia es valedera, no sera tan fácil profundizar aspectos personales pero se ganará en que siempre habrá alguien para atender y el grupo dejará su fruto seguramente. Si bien existe el grupo no hablamos aquí de una célula donde todos participan activamente sino mas bien en una persona que baja enseñanza y desafíos prácticos a estas personas nuevas.
3) Discipulado grupal en células: Aquí si podemos formar si no tenemos tantos discipuladores como para separar a los nuevos en grupos de 3 a 5 una célula de discipulado (10 a 12) pero al ser un grupo más grande será necesario utilizar el mecanismo de que todos participen como se hace habitualmente en una célula. Mientras ganamos en dinamismo perdemos en profundizar temas personales, en este punto ya estamos pensando mas en poder cubrir el cuidado de las personas a fin de que queden sin lo necesario para crecer.
4) Clases de Discipulado fijas en la Iglesia: Si no contamos ni siquiera con líderes para tener células de discipulado la opción final es que abramos una clase semanal de discipulado e invitemos a los nuevos a participar de ella. Por supuesto que esto dependiendo de la cantidad de alumnos puede parecerse a las primeras tres opciones, en realidad estamos volviendo al formato de clase de uno a varios que no es lo más efectivo para llevar a las personas al crecimiento. De hecho si tenemos un grupo de 15 personas es como que estemos predicando, o sea no dando lugar al ida y vuelta entre alumno y discipulador que nos permite ir ajustando su vida a la Palabra de Dios.
Finalmente debemos agregar que estas cuatro formas de cuidar personas pueden trabajar juntas o en paralelo para que lleguemos a cuidar apropiadamente a todas las nuevas personas.
El objetivo es que realmente estemos cuidando a cada persona de acuerdo al valor que Jesús les dio al morir por ellas en la cruz.
Si lo logramos seguramente ellas seguirán en la fe, madurarán y se volverán discípulos fieles que también se sumen a esta tarea contando de esta forma con cada vez más personas que cuidan.
Recuerdo el testimonio de una persona antes de su bautismo cuando le pregunté  por qué ella quería estar entre nosotros. Ella solo dijo: «Porque aquí me cuidan»
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Dios bendiga su vida, familia y ministerio.
Tito Robert
Director del Ministerio Crecer
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