3 Movimientos (Parte III)

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Repasemos por última vez el inicio de este tema: Existen por lo menos 3 movimientos reales en la vida de una Iglesia que se dirige seriamente a funcionar como una Iglesia de Células.

1º) Movimiento de actitud: De «Creer Valores» a «Practicar Valores».
2º) Movimiento de escenario. De «Funcionar en un edificio» a «Funcionar en los hogares»
3º) Movimiento de Enfoque. De «Trabajar con programas» a «Trabajar con Personas»

En este número nos concentramos en el tercer punto:

Movimiento de Enfoque. De «Trabajar con programas» a «Trabajar con personas»

Nuestro Manual de Lideres de Células se refiere a este tema de esta manera:

«Nuestra iglesia intentará centrarse en las personas.
El enfoque de la iglesia es satisfacer las necesidades íntimas de sus miembros y los no cristianos.

La organización de programas que den solución a las necesidades de las personas nos ha llevado a poner los programas en primer lugar y relegar a las personas al segundo.
La diferencia fundamental es que la estructura de grupo que intentaremos armar se construirá alrededor de las personas y relaciones, no de los programas.
Pondremos lo mejor de nuestros recursos para atender a las personas.
Volcaremos todas nuestras intenciones en las personas directamente y no en un programa que las atienda.
Cada grupo pequeño intentará cubrir las necesidades de los miembros a través de las familias de ese grupo, atendiendo así las necesidades concretas de su grupo de personas y ganándose así el derecho de compartir a Cristo con ellos.»

A usted le costará creer que esto sea así en una Iglesia pero es posible.

Actualmente nuestra Iglesia con solo 3 Horas de reunión semanales (Culto, Entrenamiento de Líderes, y Células)

El resto del tiempo ha sido liberado de ir a reuniones o programas y también de prepararlos.

La mayoría de los miembros utiliza este tiempo libre para trabajar directamente con las personas.

Cuando hay una persona interesada el mayor logro para nosotros no es traerla a la reunión sino poder empezar a trabajar con la persona cara a cara.
El mayor logro (vemos festejos de esto muy seguido en nuestra iglesia) no es poder decir «Vino a la reunión» sino poder decir «Inicié un discipulado», «Esta persona aceptó que la visite semanalmente», «Empezamos a estudiar la Biblia juntos».

¿Por qué éste es el logro mayor? Simplemente porque Jesús vino a salvar personas.

Uno de los ejercicios regulares en el entrenamiento de Líderes de Células consiste en chequear como cada líder está utilizando su tiempo.
¿Esto es para ejercer control? Todo lo contrario, es para ayudarle a que se mantenga enfocado en el trabajo con las personas y no en otras tareas.

No existen ya horas dedicadas a grandes preparaciones de programas, eventos o campañas.

Hemos puesto a un costado totalmente estas actividades por algunas razones simples:
1) Los programas absorben la mayoría del tiempo de los miembros.
2) Los programas hacen creer a los miembros que están trabajando con personas.
3) Los programas se vuelven más importantes que «ir a buscar al perdido».
4) Los programas distraen a los miembros del motivo por el que Jesús murió: Las personas.
5) Los programas no han traído crecimiento a la iglesia.

Es un cambio posible en la iglesia de Cristo que sus seguidores un día digan: «Paren los programas» y se pregunten después de 5, 10, 15 y hasta 20 años de trabajo ¿ésta forma de trabajar creando un programa tras otro y usándolo como medio para llegar a las personas, ha dado crecimiento a la iglesia?

Usted dirá ¿y qué otra cosa hacer?

Lo que Jesús hacía: ir directamente al encuentro de las personas.

Si nosotros miramos a Jesús él no preparó programas a los cuales las personas tenían que venir.

Jesús envió a sus discípulos para que ellos vayan directamente al encuentro de las personas.

Cuando la primera iglesia ganó la calle (Hechos 5.42) el persona a persona impactó la sociedad.

Pablo inició su ministerio yendo al encuentro de la gente.

Ninguno de ellos perdió el enfoque ni el propósito para el cual había sido llamado.
Ninguno de ellos colocó un medio (programas) para ser de bendición a las personas.

A esta altura es bueno aclarar que los programas no son malos (no se confunda), pero si los programas y eventos (y su preparación) están absorbiendo nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestro dinero cuando estos elementos (tiempo, esfuerzo y dinero) podrían estar enfocados directamente en las personas, yo me detendría a reflexionar.

Tal vez sin darnos cuenta hemos acostumbrado a los miembros, que entre la iglesia y las personas, el lazo que los une es un programa x.

El desafío de guiar a una congregación a enfocarse en las personas.

Esto implica predicarles y enseñarles cara a cara e introduce a la iglesia en otra forma de vida:

1) Esta forma de vida de la iglesia libera a todos los miembros para practicar los mandatos de Jesús (Marcos 16.15 Predicar, Mateo 28.18-20 Hacer discípulos).
2) Esta forma de vida de la iglesia genera responsabilidad personal en los miembros de la iglesia (ya no hay un programa para satisfacer a la gente).

Ahora la responsabilidad de hacer algo (Predicar o enseñar) a las personas esta en manos de los miembros.

La mayoría de los miembros de las iglesias se sienten «misteriosamente libres» de las responsabilidades de «Predicar y hacer discípulos» porque la iglesia ha organizado un programa para estos fines.

El resultado de este pensamiento es que el 80% de los miembros de una iglesia nunca han ganado una persona para Cristo ni discipulado a nadie personalmente.

3) Esta forma de vida de la iglesia hace que la iglesia se vuelva personal para los que se contactan con ella.

La iglesia ya no ofrece programas sino contacto personal, relación cara a cara y un oído para escuchar.

4) Esta forma de vida de la iglesia trae crecimiento.

Lo hemos visto en los últimos años de nuestra iglesia.

Actualmente más de 40 personas salen cada semana a encontrarse cara a cara con otras personas (algunas para evangelizar y otras para discipular).

¿Sabe lo que eso significa? Que cada semana regularmente muchas personas están escuchando el evangelio de una manera personal.

El resultado es que cada semana hay fruto, hay conversiones, hay nuevos discipulados y cada trimestre estamos viendo más de 10 personas ingresar a la Iglesia como miembros.

«Las personas vienen buscando una relación y nosotros le ofrecemos un programa, vienen buscando una mano en el hombro y le ofrecemos reuniones, no es raro que la mayoría no vuelvan»

La iglesia debe cambiar si quiere ser efectiva.

La iglesia debe reenfocarse en las personas, solo por ellas Cristo murió.

Ir hacia ellas con el potencial de cada uno de nuestros miembros es el mandato que Jesús nos dejó.

¿Podrá la iglesia moverse hacia las personas?
¿Preferirá la iglesia seguir usando su tiempo, esfuerzo y dinero en otras cosas?
¿Se animará a cambiar? Veremos.

Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.

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