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La puerta de atrás.

La conclusión que más llamó mi atención de un serio estudio de 1000 Iglesias en todo el mundo (1) es la que indica que en la mayoría de las iglesias (50 a 200 miembros) se incorporan un promedio de 32 personas por año, pero… la misma cantidad se va por «La Puerta de Atrás». 

¿Cuánto crecería una iglesia en cinco años si retiene la mitad de las personas gana?

Pensemos ¿cuál es el problema que hay que resolver para que la Iglesia crezca?

Los principales esfuerzos se dirigen a aumentar la cantidad de personas que entran en la iglesia, pero creemos que el problema a resolver es: «La integración estable de las personas que ingresan.» 

Creemos que mientras los eventos evangelísticos se suceden uno tras otro, no miramos con la misma atención y seriedad el proceso lento y trabajoso de formar, cuidar y criar a los nuevos nacidos en Cristo.

Tampoco vemos la misma vitalidad, entrega de energía y entusiasmo en las personas cuando le invitamos a celebrar un festival evangelístico musical que cuando le presentamos la posibilidad de (anónimamente) visitar semanalmente a un recién convertido que necesita ser enseñado durante varios meses hasta ser un cristiano firme.

Nos preguntamos ¿No estaremos solo haciendo la parte que nos gusta y satisface nuestro ego?

¿No estaremos dejando a un costado el claro mandato de «Hacer discípulos enseñándoles que guarden todo lo que Él mandó” porque no es una tarea pública, ¿con carteles y luces?

Lo cierto es que si no miramos con honestidad como solucionar este problema seguiremos embebidos de eventos viendo poco o ningún fruto permanente.

Nosotros también como todos los cristianos deseamos y ponemos como prioridad el buscar al que está perdido, pero si antes no hemos tomado la difícil decisión de afrontar con responsabilidad las nuevas vidas engendradas «en Cristo», estaremos llenando este mundo de «huérfanos espirituales».

El desafío sería darle a cada nuevo cristiano las mismas oportunidades que Dios nos dio a nosotros el día que nacimos.

¿QUE NOS DA DIOS PARA CUIDAR A LAS PERSONAS? 

Hasta un niño lo sabe… «CUIDADO PERSONAL A TRAVES  de «UNA FAMILIA DE PADRES RESPONSABLES» DONDE DESARROLLARNOS «DISCIPULADO PERSONAL, CELULAS»

Cuando una Iglesia puede incorporar estos dos aspectos (cuidado personal semanal a través del discipulado) y (cuidado familiar a través de un grupo pequeño) está brindando a todas las personas que ingresan a la iglesia los lugares adecuados para que no queden huérfanos.

Por lo contrario se integren, se desarrollen y ellos se vuelvan miembros activos de la familia.

Nosotros reconocimos rápidamente que teníamos serias dificultades para que el fruto (personas) permanezca (Juan 15).

En la iglesia (grupo de personas), no podíamos atender personalmente a cada fruto que Dios nos enviaba.

Lo primero que detectamos es que no contábamos con un sistema que nos permita recibir fruto seguido y en cantidad.

No podíamos retener a aquellos que recibieron a Cristo brindándole un cerco de contención, cuidado, cariño y desarrollo.

Todos sabemos que un niño recién nacido necesita padres responsables y una familia para crecer sano, pero no se lo hemos brindado a nuestros nuevos convertidos.

La iglesia no está preparada ni estructurada para recibir nuevas personas.

Es hora de decidir hacer algo para cerrar «La puerta de atrás».

Las personas seguirán aceptando a Cristo, nosotros debemos cambiar para poder contenerlos.

Históricamente las iglesias se han esforzado por crear nuevos programas para alcanzar a la gente, sin embargo, nuestra debilidad no ha estado en alcanzar a la gente sino en retenerla.

Muchas iglesias están animándose a cambiar a fin de poder brindar un sitio donde cada persona sea discipulada, atendida y acompañada en su crecimiento hasta estar lista para pasar a ser parte de un grupo mayor.

La diferencia empieza en el discipulado personal y continúa con la célula.

Nuestra experiencia en estos años es que las personas que son atendidas con discipulado personal (cada semana vamos a su casa) no sólo se integran sino crecen de tal forma que ellos mismos se vuelven discipuladores en poco tiempo.

De la misma manera la célula (un hogar cerca de sus hogares) es el sitio informal, participativo e íntimo donde ellos crecen sin temores hasta llegar a ser parte de la gran familia de Dios que es la Iglesia.

Es hora de equilibrar nuestro trabajo, aflojar un poco con las luces de los eventos y empezar la tarea silenciosa y anónima de ir a cada persona y «enseñarle todas las cosas que Jesús nos mandó» para que de a poco veamos como la «Puerta de Atrás» de nuestras queridas Iglesias comienza a cerrarse.

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert. (Pastor)

Notas: (1) Schwarz Christian, Las 8 cualidades básicas de una Iglesia saludable, CLIE, Tarrasa-España, 1996

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Valores

Dos personas, llegan a la vejez con sus valores.

Elección de cada uno

«Un hombre distante… Toda su vida buscando nuevas maneras de hacer dinero.

El está en sus últimos años y vive muy cómodamente, (pero) constantemente hablando del dinero que había hecho…

El eligió cuales eran sus valores y los fue cultivando día tras día de muchas maneras diferentes.

Sus valores definieron sus decisiones y finalmente él se volvió una persona de acuerdo a los valores que había elegido.

Su pasión lo hizo un ser codicioso, cuando él eligió sus valores eligió lo que seria.

Cuando su tiempo se empezó a terminar él era codicia pura, aun sin moverse de su cama en el hospital él seguía queriendo mas para él mismo.»

«Una abuela…

El último recuerdo de ella es verla sentada en la mesa y pedirle que orara, ella tomó las manos de los que estaban al lado de ella, una sonrisa ancha, la mirada al cielo, ojos con lágrimas, la barbilla le temblaba.

Ella eligió que sus valores serian amar a Jesús y amar a las personas.

Ella no recordaba los nombres de la gente, pero se acercaba y les daba una palmada en la espalda.

Cuando su tiempo se empezó a terminar ella era amor puro, amor a Dios y las personas.

Cuando un pastor que recorría el hospital se acercó a su cama y le dijo «yo voy a orar por usted» ella le contestó: «No, yo voy a orar por usted»

Aun sin moverse de su cama ella seguía amando a Dios y a las personas.»

Cada una de estas personas se había vuelto lo que ellos valoraban.

Las personas y las Iglesias se convierten en aquello que Valoran

Cuando una persona define sus valores, define sus acciones, define su pasión y define su forma de vida.

Lo mismo ocurre con una Iglesia.

Los valores que elegimos determinan que vamos a hacer y en definitiva que vamos a ser como iglesia.

¿QUÉ SON LOS VALORES? 

Los valores son las Prioridades Interiores que se Expresan de forma Clara en nuestras Acciones Concretas.

¿CÓMO CONOCER LOS VALORES DE SU IGLESIA? 

Para descubrir los valores reales no pregunte ¿cuáles son sus valores?, pregunte:

1) ¿Qué hiciste la última semana?

2) ¿En qué usaste tu tiempo, tu energía y tu dinero en la última semana?

Todos nosotros dedicamos nuestro tiempo, nuestra energía y nuestro dinero en aquellas cosas que valoramos.

Las Iglesias también. 

Para que Cristo sea el centro de nuestra iglesia debemos empezar a valorar lo que Él valora y de esta manera vivir como Él vive.

Si nosotros vamos a vivir como el Cuerpo de Cristo debemos identificar los valores que caracterizan el corazón de Dios y hacerlos nuestros valores como iglesia.

En Mateo 22:37-39 la Palabra de Dios declara lo que Él valora para Su iglesia por sobre todas las cosas.

De esto nosotros hemos derivado en dos valores esenciales y podemos intentar aplicarlos en nuestras iglesias a través de todas nuestras acciones.

Nuestro primer valor es amar a Dios con todo nuestro ser.

Nuestro segundo valor es amar a las personas. 

¿Están estos valores en nuestras acciones de la última semana?

LOS CAMBIOS DE VALORES EN LA IGLESIA 

a) El cambio de valores es posible (Mire a Jesús y sus discípulos, El cambio sus valores de vida)

b) Cambiar valores lleva tiempo (Jesús dedicó 3 años a cambiar los valores de sus discípulos)

c) ¡Cambiar los valores comienza con cada uno de nosotros, (¡Los pastores!)

d) Cambiar nuestros valores (prioridades internas) es mas difícil y costoso que preparar programas y eventos. 

Si alguien nos preguntara ¿Usted valora la salvación de un alma?

¡La respuesta seria SIIIIIII!!!!!!

Pero si la pregunta fuera ¿Le habló usted a alguien de Cristo en esta semana?

La respuesta seria ¿Perdón, como dijo? 

Amar a Dios como primer valor nos lleva a poner los valores de Dios en primer lugar.

¿Qué es lo que Dios mas valora? Las personas.

¿Qué personas? El hermano (edificación mutua que es responsabilidad de todos los miembros) y el no-cristiano (alcanzado a través de nuestras relaciones).

Es necesario definir tareas claras que muestren si estos valores existen en la vida de nuestros miembros.

Si las tareas no están es porque no están los valores.

Porque todos nosotros hacemos lo que valoramos.

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert. (Pastor)

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Células: Una Estrategia para la Iglesia

Células: Una Estrategia para la Iglesia. Después de 5 años de ministerio la lista de miembros de la Iglesia X es idéntica. Tal vez su cantidad inicial es 20, 40, 80 o 100 y podemos modificar los años, pero…

¿La conclusión no le resulta familiar? 

Yo estaba buscando las mismas respuestas que usted a esta realidad y en medio de esta búsqueda recibí la invitación a colaborar en la función de Pastor en la Iglesia Bautista Comunitaria de Ciudad Madero.

Nuestra Iglesia traía 27 años de vivir una experiencia de este estilo, y pensamos que Dios nos estaba dando la oportunidad de intentar romper esta realidad instalada entre todos nosotros de “ser Iglesia sin crecer”. 

Si usted está buscando respuestas como yo las busque este es un intento por compartir con todos aquellos que desean ver a sus iglesias crecer y multiplicarse, como Dios llevó a un grupo simple de 20 personas a:

1) Quebrar definitivamente la inercia de “ser siempre los mismos”.

2) Tener la certeza de que cada trimestre Dios quiere darnos crecimiento.

3) Tener la determinación para realizar la parte del trabajo que nos corresponde. 4) Acostumbrarse a ver que Dios es Fiel en “Dar el Crecimiento” (1ra. Corintios 3.7)

Después de tres años y medio de trabajo vemos que nuestra realidad se ha modificado y soñamos lo seguirá haciendo en los próximos años.

La riqueza que obtuvo el grupo en el proceso de cambio que enfrentamos.

¿Qué relación tiene todo esto con el título?

Bueno, es muy simple, cuando usted va tras un logro debe definir su estrategia, y nosotros elegimos que nuestra estrategia sería: CÉLULAS.

Aclarando el concepto de Células:

¿Sabemos que es una célula?

¿Cómo es una Célula?

¿Para qué queremos tener células?

O ¿Por qué debemos tener células?

Subiendo un escalón y siendo un poco mas serios:

¿No estaremos haciendo lo mismo que antes, pero con diferente nombre?

¿Queremos estar a la moda, pero sin modificar lo que hacemos?

¿No habremos solo cambiado de espacio físico?

¿En qué ha cambiado el grupo?

¿Nuestros valores cambiaron?

¿Cambiaron nuestras actitudes?

¿Cuáles con nuestras prioridades?

¿A qué apuntan nuestras acciones?

Las células son una herramienta eficaz para todo grupo de cristianos que quiera modificar la realidad de sus Iglesias, pero ese grupo debe estar dispuesto a cambiar sus valores, sus actitudes, sus prioridades y sus acciones.

Por lo tanto, si cuenta con un pequeño grupo de cristianos que cumplen este requisito, usted tiene todo el potencial para llevar a su Iglesia a crecer.

Dios está listo para proveer lo que solo Él puede darle y nosotros estaremos compartiendo semanalmente lo que hemos aprendido para ayudarle a alcanzar el sueño de ser una “Iglesia que crece”.

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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Curso de Orientacion Misionera

Curso de Orientacion Misionera

Como Desarrollar un Proceso Misionero Responsable

Descubri el Plan que Dios tiene para tu vida y ministerio en la MISION

Autor:  Daniel Bianchi: Director de Lausana para America Latina y Conexion oriental. Exvicepresidente de COMIBAM y miembro de la Red de Misiones Mundiales.

Modalidad ONLINE 100 % por Internet – 8 Meses de duracion – Abierto todo el año 

Contenido

Servir en misiones no es un arrebato emocional ni una experiencia de fin de semana. Primeramente hay que evaluar todo lo que implica, luego reflexionar y finalmente tomar decisiones.

Jesús dijo que antes de ir a la guerra o de construir había que sentarse, calcular y obrar en consecuencia.

Por eso este Curso de Orientación Misionera no es una fórmula para saber dónde ir, tampoco es un trámite que te habilita para servir en alguna parte del mundo.

Es ante todo un espacio para pensar y comprender.

Se puede decir que es también un compañero para transitar el camino.

Este curso no te dirá dónde Dios quiere usarte pero te brindará indicios claros de cómo prepararte para llegar a cumplir la voluntad de Dios en tu vida y ministerio en la Misiones.

Este curso es para…

  1. Pastores y líderes misioneros que tienen personas con inquietudes de servicio transcultural pues les dará herramientas para brindar una adecuada orientación misionera.
  2. Los que buscan orientación para comprender lo que requiere un servicio misionero responsable.
  3. Los que están comenzando a prepararse para servir en misiones pues les dara etapa por etapa una visión completa de todo lo que eso implica.

Objetivos del curso

  • Aprender las etapas que conforman un proceso misionero responsable y tu ubicación actual en el mismo.
  • Conocer los principales elementos que integran el servicio misionero transcultural.
  • Reconocer la dirección de Dios para desarrollar tu servicio misionero.
  • Identificar las áreas que necesitan atención (en lo personal y ministerial) para llevar adelante el proyecto de servicio para el que has sido llamado.

Temario

Unidad I: Comprender la misión
Comenzaremos con una mirada amplia y actual al concepto de misión y su implicancia para los que consideran el servicio misionero. Temas: Introducción a la misión. Palabra y misión. La misión en el Siglo XXI. La iglesia del sur en misión. Los mundos para la misión.

Unidad II: Misión y espiritualidad
No hay servicio cristiano sin vida cristiana, madurez de carácter y compromiso al crecimiento. En esta unidad veremos los temas esenciales de la persona. Entre ellos: Conversión y crecimiento como discípulo. Uso del tiempo. Relaciones interpersonales. Soltero y casado. Llamado. Educación básica.

Unidad III: Misión e Iglesia
Es importante reconocer que la participación de una iglesia local es esencial. La congregación es el primer escalón de prueba para lograr la fusión entre ministerio y liderazgo. Desde el comienzo debe ser parte de mi proceso misionero. Entre otros temas: Participación en la congregación. El apoyo del liderazgo. Movilizar a la iglesia para misiones: recursos y posibilidades. Formar la base de apoyo. Servicio.

Unidad IV: Misión y Capacitación
La capacitación no es opcional sino un requisito ineludible para todo aquél que considera servir en misiones. Entre otros temas: Tipos de capacitación y medios para recibirla. Introducción a la lengua y a la cultura. La misión en la historia. Trabajo en equipo. Liderazgo cristiano.

Unidad V: Misión e Incidencia
Misiones no es sólo lo que hacemos al atravesar barreras geográficas sino también cuando buscamos la manera de impactar nuestra sociedad. Temas: La fe cristiana en el mundo contemporáneo. Perspectivas de lo que sucede en el mundo y en la iglesia y su impacto en la misión. Secularismo. Globalización. Participación cristiana en lo polÌtico y social.

Unidad VI: Misión y Envío
La búsqueda de Dios, la capacitación recibida el acompañamiento de otros nos indican que tengo que tomar pasos para salir a misiones. Temas: Opciones de servicio misionero. Medios tradicionales e innovadores. Elaboración y comunicación del proyecto misionero. El desafío económico. Opciones de salida. Conocimiento y elección de entidad misionera. La relación iglesia-entidad-receptores. Todo lo que implica enviar y ser enviado.

Unidad VII: Misión y Servicio
Cuando se ha llegado al lugar de servicio la cosa reción comienza y se enfrentan desafíos y la necesidad de hacer ajustes entre lo que se sabía y lo que se enfrenta. Temas: Aprendizaje y adaptación durante el primer perÌodo de servicio. Principios para el ministerio eficaz. Choque cultural. Regreso y revisión del ministerio. Misiones a largo plazo. Capacitación durante toda la vida.

Unidad VIII. El proceso misionero responsable
Uniendo las piezas de las unidades anteriores se establecerán cinco etapas y una serie de pasos para llegar desde donde cada uno se encuentra hasta el momento de cumplir con el propósito de Dios. Principios para finalizar bien el ministerio.

Actividades especiales

1) Mantener devocional regular y un diario espiritual y de aprendizaje.

2) Contar con una persona para compartir por lo menos de manera mensual el avance y desafío de este curso. (Requisito para esa persona: cristiano maduro y comprometido, y con responsabilidad ministerial en tu congregación. A esta persona lo llamaremos: Consejero).

3) Dedicar un día de ayuno con tiempo extendido de oración.

4) Participar de una conferencia misionera durante el lapso de duración del curso.

Modalidad

A distancia via internet. Modalidad autodidacta. No cuenta con soporte por parte del autor ni corrección de evaluaciones. El alumno debera mantener una actitud proactiva para iniciar, perseverar y terminar el curso.

El curso inicia cuando te registras, esta preparado para realizarse en 8 meses pero podes llevarlo a tu ritmo.

Requisitos

Estar dispuesto a trabajar seriamente durante 8 meses en su capacitacion misionera.

Estar dispuesto a invertir tiempo semanal exclusivo para la realizacion de los trabajos practicos.

Estar dispuesto a cumplir mensualmente con los trabajos asignados por el tutor.

Que dicen los alumnos del COM

Jesica Ramello – Misionera en Peru

Tomar este curso fue una gran bendición y a la vez un desafío. Ha sido gratificante mirar mas alla y no conformarme, sino desafiarme a mas. Aprendí que no debo dejar pasar las oportunidades de capacitarme y ser cada día mas como Cristo. Seras transformada/o y podrás tener una nueva visión de lo que Dios quiere.

Cristina Mambrín

Estoy agradecida por esta gran iniciativa que ayuda a las personas que creemos tener un llamado de Dios para las misiones.

Silvia Arias

Cada semana llevaba actividades basada en los resúmenes del material del COM a la reunión de oración. Han sido muy enriquecedores para todos.

Andrea Mamani

Doy gracias a Dios por esta oportunidad. Agradezco a todos lo que están llevando adelante este curso. Realmente es un gran bendición. Estoy muy feliz con todo lo que aprendo y entiendo cada día.

Ana Carina Pinela

Ha sido una muy buena elección haber decidido hacer este curso, se “abre la cabeza” ” se amplia la visión”….¡se aprende tanto!. Así que, simplemente decirles graciaasssssss. Lo recomiendo como un excelente material de estudio, bíblicamente sólido, donde te verás desafiado y “atravesado/a” en muchas ocasiones por la MISSIO DEI. Te verás sumergido en el proceso de Dios para tu vida, habrá tiempo de estudio, reflexión, decisiones y acción. No te vas a arrepentir!

Registrate al Curso de orientacion Misionera – Click Aqui

Hagan el árbol bueno y el fruto será bueno

Hagan el árbol bueno y el fruto será bueno.

Los resultados (frutos) que obtenemos como iglesia son una
consecuencia natural del carácter de la semilla que estamos
sembrando.

Trabajar enfocados en eventos y programas no traerá
crecimiento hasta que nos animemos a llegar a cuestionar las
raíces de nuestro trabajo.

Cuestionarnos a nosotros mismos, nuestros valores,
nuestros modelos y nuestros propósitos es el punto de
partida para iniciar un camino directo
hacia el crecimiento de nuestras iglesias.

Si el fruto que estamos viendo no es el que esperábamos,
es evidente que debemos revisar las semillas que hemos sembrado.
Jesús utilizó la figura del árbol para ilustrar el reino de Dios (Mateo 13.31-32).
Identificamos tres elementos básicos que componen ésta figura.

La copa con sus frutos (resultados), el tronco (como canal de la savia), y las raíces (como fundamento).

El reino de Dios fue pensado para crecer y reproducirse como un árbol.
Vamos a meditar en aquellos elementos del árbol que son decisivos para su vida sana y creciente, llevando estas conclusiones a aplicaciones prácticas para nuestras iglesias, herramienta elegida por Dios para que su reino se extienda.

Mientras generalmente mantenemos nuestra mirada en la copa del árbol o sea en el fruto (los resultados) y en ocasiones bajamos a revisar el tronco (el canal), muy pocas veces nos animamos a revisar las raíces.
Los Frutos o Resultados esperados son:
1) Crecimiento en calidad y cantidad.
2) Reproducción de miembros e iglesias
3) Envío de misioneros.

Comenzamos desde los frutos, debido a que generalmente es donde nos enfocamos cuando deseamos ver en nuestras iglesias calidad y cantidad de miembros como así también reproducción de miembros e iglesias ya que lo contrario a reproducción es esterilidad.

Aquí es donde proponemos iniciar un recorrido inverso al mirar a la iglesia, debido a que nuestro enfoque en “los frutos” y la búsqueda de ellos por diferentes medios no nos han dado el resultado que esperábamos.

Las estadísticas marcan que el 80 % de las iglesias “no crecen” lo que indica que la búsqueda de “frutos” no ha dado los resultados deseados.

Para que el fruto llegue a producirse, es necesario que la savia corra por los canales apropiados (tronco/estructura).

Aquí descendemos un escalón en nuestra mirada y descubrimos la importancia de las estructuras, programas y métodos pero en función de que estén sirviendo como un canal apropiado para que la savia corra.

Sin embargo nuestra tendencia es a endiosar los métodos o estructuras y nunca revisarlos / las para ver si están cumpliendo con su propósito que es simplemente “ser una canal para que la savia llegue a los extremos y genere fruto”.

Por lo tanto debemos enfocarnos en revisar las raíces de nuestro trabajo.
Raíces / Principios
Valores, Procesos y Propósitos.

Llegamos al tercer escalón, que es donde se encuentra la verdad de nuestros ministerios. Las raíces que se generan por la semilla que sembramos en nuestras iglesias domingo a domingo con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestros hechos son determinantes para todo el futuro de la iglesia.

La funcionalidad de nuestras estructuras y el logro de ver reproducción de miembros e iglesias no depende de lo que sucede en los momentos públicos, sino en la semilla de ministerio que sembramos entre las personas a través de nuestras acciones diarias.

Las raíces de nuestro ministerio están formadas por nuestros valores, nuestra forma de trabajar y nuestros propósitos.

La importancia de estas raíces y cómo afectan la vida del árbol son las siguientes:

Valores: ¿ Cómo vivimos la Fe?
Todos nosotros tenemos valores interiores que determinan cómo utilizamos nuestro tiempo, nuestra energía y nuestros recursos. Evidentemente estas prioridades interiores determinan “cómo vivimos nuestra fe”, por lo tanto hasta que no revisemos cuales son nuestros valores personales no vamos a
poder soñar con cambios en la vida de nuestras iglesias porque la realidad de nuestras iglesias se encuentra basada en la manera cómo cada cristiano vive los valores de Dios.

Procesos: ¿Cómo trabajamos?
Dios a través de su palabra nos muestra cómo funciona, se desarrolla y crece el reino de Dios (Marcos 4.26-29). De manera simple él nos esta diciendo qué debemos hacer y cómo debemos trabajar.

Evidentemente si no prestamos atención a los principios que Dios diseñó para que su reino crezca no podremos ver los resultados que él quiere darnos.

Misión Global: ¿Qué quiere Dios que hagamos?
Nosotros no podemos alcanzar el propósito de Dios para nuestras iglesias si la guiamos a realizar la tarea según nuestras ideas En Hechos 1.8 Jesús declaro cual era su propósito para su iglesia. Con estas palabras él nos dice cual es el potencial que él sueña para su iglesia y adonde esta debe apuntar.

Con la plena confianza que Dios sigue deseando darnos crecimiento, nos lanzamos con humildad y esperanza a mirar una vez más nuestra realidad como iglesia, y a buscar y encontrar la respuesta a nuestros problemas e inquietudes.

Conozca mas de nuestros Ministerios – Click Aqui

Equipo Ministerio Crecer

Cambio de Conducta.

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándonos a vosotros mismos. Santiago 1.22

 

Cambio de Conducta.

 

El cambio fundamental en la vida de una iglesia se da cuando un grupo de miembros simplemente empiezan a practicar lo que dicen que creen. Creo que no es necesario volcar pasajes bíblicos que muestran que lo que Jesús mandó es para ser obedecido. (si fuera necesario alcana con Santiago 1.22). Mientras se usen los mandamientos de Jesús sólo como una forma de pensar, otros para emocionarse y algunos para hacer teología,

Dios seguirá buscando gente simple que haga con esos mandatos lo que él espera: que se los practique.

 

Las iglesias podemos hablar de renovación o no, podemos incluirnos o excluirnos de ella, lo cierto es que mientras cada uno de nosotros no practiquemos de una manera personal, natural y regular los simples mandatos que Jesús nos dejó (predicar y hacer discípulos) podemos seguir organizando eventos, cultos de alabanza y mega reuniones, pero no escaparemos de la conclusión que Santiago da. Si no practicamos sus mandamientos nos engañamos a nosotros mismos. Santiago 1.22

 

El logro más difícil de alcanzar en una iglesia es que sus miembros practiquen los mandamientos de Jesús.

 

Los cambios reales en una iglesia comienzan cuando uno, dos o 20 miembros empiezan a vivir los valores de «Vida devocional», «predicar», «hacer discípulos», «vida de célula», etc Esto sólo sin ninguna estructura que lo sostenga ya trae crecimiento a la iglesia y permite empezar a ver fruto (personas). En realidad, este movimiento es el cambio real de fondo que sostiene el crecimiento de una iglesia. Cuando este movimiento se concreta entre los miembros de una iglesia no queda otro horizonte que comenzar a crecer.

Lo invito a mirar a la iglesia primitiva en Hechos y descubrirá que «sin dinero», «sin materiales», «sin nuestros recursos actuales», «sin adjudicarse renovación alguna» y «sin tener tantos programas, eventos y reuniones» ellos aún hoy nos enseñan cual es el camino del crecimiento constante: Practicar los mandamientos de Jesús.

 

 

Oración: Señor, quiero ser uno de los que no son solo oidores sino hacedores de tu palabra.

 

El crecimiento del reino al alcance de tu mano.

¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

 

El crecimiento del reino al alcance de tu mano.

 

Estas son algunas preguntas que siempre me inquietaron: ¿Porqué a la iglesia le cuesta tanto hacer algo tan simple? ¿Porqué la iglesia hace «tantas cosas» que Jesús no mandó? ¿Porqué no podemos practicar lo que decimos valorar? Hoy aún busco respuestas como muchos de ustedes, pero hay una que comienza a afirmarse en mi corazón. Me parece que todos estos «porqué» tienen una misma y gran respuesta.

Creo que el día que la iglesia deje de «inventar» formas de avanzar y obedezca los simples mandatos de Jesús comenzará a crecer. Creo que el día que la iglesia se anime a preguntarse ¿Esto que hacemos es lo que Jesús nos mando? va a recapacitar. Hasta tal vez se atreva a poner a un costado «tantas cosas» que hoy ocupan su tiempo, dinero y energía y empiece a través de sus miembros a practicar los valores de Jesús, ese día comenzará a crecer.

Creo que el día que un solo miembro se mueva de «Creer valores» a «Practicar valores» la iglesia comenzará a crecer.

El día que la iglesia haga lo q ue Jesús nos mandó a hacer simplemente crecerá. Anímese, muévase usted mismo de «creer» a «practicar», desafíe a su gente a moverse de «creer» a «practicar», y descubrirá la diferencia, para usted y para su iglesia. He intentado mostrarle que el crecimiento de la iglesia esta al alcance de nuestra disposición personal siempre y cuando le creamos a El, dependamos de El y le obedezcamos.

 

Mi deseo y oración es que nada le detenga, que Dios guíe sus pasos y le use para ser parte activa y sana de la iglesia ayudando a esta a crecer localmente, a reproducirse en iglesias hijas y a enviar misioneros “hasta lo último de la tierra”, si así lo hace, descubrirá que lo que Jesús prometió para su iglesia no era un sueño y recibirás de el honra, porque el dice en su palabra “Yo honro a los que me honran”.  

 

Oración: Señor, te pregunto como Pablo, “ ¿ Que quieres que yo haga ?

 

Una nueva forma de vida de la iglesia.

Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. Hechos 5.42

 

Una nueva forma de vida de la iglesia.

 

El desafío de guiar a una congregación a enfocarse en las personas para predicarles y enseñarles cara a cara introduce a la iglesia en otra forma de vida.  Esta forma de vida de la iglesia libera a todos los miembros para practicar los mandatos de Jesús (Marcos 16.15 predicar, Mateo 28.18-20 hacer discípulos). Esta forma de vida de la iglesia genera responsabilidad personal en los miembros de la iglesia (ya no hay un programa para satisfacer a la gente), ahora la responsabilidad de hacer algo (predicar o enseñar) a las personas está en manos de los miembros.

 

La mayoría de los miembros de las iglesias se sienten “misteriosamente» libres de las responsabilidades de «predicar y hacer discípulos» porque la iglesia ha organizado un programa para estos fines. El resultado de este pensamiento es que el 80% de los miembros de una iglesia nunca han ganado una persona para Cristo ni han discipulado a nadie personalmente.  Esta forma de vida de la iglesia hace que la iglesia se vuelva personal para los que se contactan con ella. (La iglesia ya no ofrece programas sino contacto personal, relación cara a cara, un oído para escuchar). Esta forma de vida de la iglesia trae crecimiento.

 

Lo hemos visto en los últimos años en nuestra congregación. «Las personas vienen buscando una relación y nosotros le ofrecemos un programa, vienen buscando una mano en el hombro y le ofrecemos reuniones, no es raro que la mayoría no vuelvan» La iglesia debe cambiar si quiere ser efectiva, la iglesia debe reenfocarse en las personas, solo por ellas Cristo murió, ir hacia ellas con el potencial de cada uno de nuestros miembros es el mandato que Jesús nos dejó. ¿Podrá la iglesia moverse hacia las personas?

 

Oración: Señor, quiero ser parte de tu iglesia y vivir como tu nos enseñaste para que el reino pueda crecer por medio de mi vida.

 

Cambios de fondo.

Este vino a Jesús de noche… Juan 3.2

 

Cambios de fondo.

 

De reuniones a relaciones. El primer cambio radical consiste en pasar de pensar en nuestras reuniones de iglesia a pensar en nuestras relaciones con las personas. Empezar a utilizar nuestro tiempo y recursos en la construcción de relaciones firmes con personas es el primer paso. Justamente uno de los mayores obstáculos a la evangelización de nuestros conocidos y vecinos ha sido la falta de tiempo que tenemos para dedicarle a ellos, aun cuando está comprobado que el 80 % de las personas que se integran a una iglesia lo hacen a través del lazo afectivo de los amigos. Debemos relacionarnos con las personas y armar puentes que permitan en algún momento presentarles al evangelio o invitarlos a una célula.

 

De los eventos a los procesos. Aquí el cambio radica en la continuidad de las acciones por las personas a quienes queremos afectar. Incorporar la regularidad en nuestras tareas de evangelismo y discipulado personal es el mayor desafío para una iglesia que las ha relegado a programas y eventos. Solamente la seriedad que indica la constancia pueden acercarnos a un cambio significativo que redunde en resultados nuevos y perdurables para la iglesia. 

 

De los programas a las personas. La organización de programas que den solución a las necesidades de las personas nos ha llevado a poner los programas en primer lugar y relegar a las personas al segundo. La diferencia fundamental es que la estructura de grupo que debemos intentar armar se construirá alrededor de las personas y relaciones, no de los programas.                          

 

¿Esta forma de trabajar de crear un programa tras otro y usarlo como medio para llegar a las personas, ha dado crecimiento a la iglesia? Usted dirá ¿y que otra cosa hacer? Lo que Jesús hacía, ir directamente al encuentro de las personas. Cuando el envió a sus discípulos fue para que ellos vayan directamente al encuentro de las personas, cuando la primera iglesia gano la calle (Hechos 5.42) el persona a persona impactó la sociedad, cuando Pablo inició su ministerio el iba al encuentro de la gente. Ninguno de ellos perdió el enfoque ni el propósito para el cual había sido llamado.

 

Oración: Señor, ayúdame a enfocarme en las personas que ingresaran a tu reino y hacer mi parte para que ellas entren en el. 

 

Cada uno ministre a la vista de otros.

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 1ra Pedro 4.10
 
Cada uno ministre a la vista de otros.
 
La Biblia registra las cosas que Jesús comenzó a “hacer y a enseñar” (Hechos 1.1) y lo hizo a la vista de sus discípulos.  El orden es primero “hacer” (mostrar con su ejemplo) para luego enseñar, cosa que nosotros invertimos con magros resultados.  Enseñamos mucho y vemos a muy pocos miembros hacer, pero podemos despertar el deseo de participar en ellos si ellos primero “ven” como lo hacemos. El principio simple podría ser así: “Debemos vivir a la vista de las personas que queremos enseñar”
 
Jesús tuvo una vida privada de devoción a Dios que sus discípulos pudieron ver ocasionalmente.  Lucas 11.1
El formó discípulos de manera fija y predeterminada (Marcos 3.13,14 y 19) a la vista de otros discípulos.
El compartió el evangelio a la vista de sus discípulos y desarrolló un grupo pequeño de personas con un sentido de equipo y familia a la vista de sus discípulos.
 
¿Alguien puede superar a Jesús en determinar cuales son las acciones más relevantes de un ministerio que debe extender el reino de Dios en la tierra? Jesús dijo en Marcos 7.13 que podemos invalidar la Palabra de Dios con las tradiciones que transmitimos, esto ocurre cuando “hacemos el ministerio” realizando muchas cosas superfluas que no tienen su origen en ningún mandato de Jesús y dejamos en segundo lugar los claros mandatos que El no solo tenía como prioridad sino que modelo para que nosotros. Los discípulos que él preparó eran personas que podían decir de su maestro “nosotros hemos visto y oído”. Si los cristianos que están a su alrededor pueden ver en usted en “vivo y en directo” como vive su fe seguramente la extensión del reino se acelerará y explotará como hace unos años ocurrió con el ministerio de nuestro Señor Jesús.  Empiece a trabajar hoy para Dios «a la vista de otras personas» y usted habrá comenzado a multiplicarse.

 

Oración: Señor, ayúdame a empezar a realizar mis trabajos para ti a la vista de otros, para que ellos aprendan y también puedan sumarse a extender tu reino. 

 

 

 

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