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Crecimiento: Rápido o Lento

Hace un tiempo nació una criatura en un hogar cercano a nuestra familia, todo parecía normal y sus padres se alegraban en la nueva experiencia.
Tal era la alegría por el crecimiento de su niño que descuidaron los controles semanales que su médico había indicado.

Al cabo de un tiempo comenzaron a ver signos que llamaron su atención y «corrieron» al médico en busca de explicaciones.
La noticia derrumbó a los padres, el niño padecía una enfermedad congénita que podría haberse detectado y corregido a tiempo en los controles que les habían indicado a los padres.
Un tiempo precioso y vital se había perdido.

Si esta situación es lamentable, imagine lo grave que es si algo parecido ocurre en medio de una iglesia donde muchas personas están buscando lo esencial para sus vidas.
La seriedad de un padre va mas allá de ver a sus hijos crecer externamente bien.

La seriedad de un líder incluye conocer y trabajar sobre el siguiente principio: «Es más importante cómo una iglesia está creciendo que cuán rápidamente está creciendo.»
Iglesias que extrañan este principio están como un bebé recién nacido saludable con una enfermedad congénita que todavía no ha sido detectada.
Tarde o temprano sus padres tendrán que enfrentar la realidad del dolor, la enfermedad y quizás la muerte. (1)

Es verdad que una iglesia saludable es una iglesia creciente, pero no es cierto que una iglesia creciente es una iglesia saludable.
El trabajo con células nos enfrenta al desafío de velar por las raíces del trabajo.
Muchas veces el crecimiento externo (números) que producen las células encandila a los líderes y nos lleva a abrir células indiscriminadamente.

Nuestra caja de herramientas se debe ir llenado de aquellas que sean útiles para realizar los controles necesarios que nos demuestren que el crecimiento externo se corresponde con la salud interna.
Es bueno intentar alcanzar el equilibrio hasta llegar a ser iglesias «que crecen» (Romper la inercia de años y años siendo los mismos) pero también ver que ese crecimiento está acompañado de señales que indican que es un organismo saludable.

Lo invito a mirar cómo crece el ser humano y sacar algunas conclusiones simples que nos servirán para comprender el trabajo con células.

El crecimiento es lento

Si usted quiere mucha gente de golpe en su iglesia, haga un recital.
Si quiere ver crecimiento lento pero seguro comience a planear su trabajo para los próximos 5 años guiando a su iglesia a funcionar en células.

El crecimiento es natural

Así como las personas crecen sin que se lo propongan, las cosas creadas por Dios (la iglesia) también crece naturalmente a menos que se enfrente a condiciones muy adversas.
El sólo hecho de enfocar a un grupo de miembros de una iglesia en las actitudes normales de un cristiano (vida devocional, predicar, discipular, edificación mutua, actividad propia de cada uno, vida de cuerpo) lleva a la iglesia a crecer.

El crecimiento es producto de lo que hacemos a diario

Un médico nutricionista nos podría ampliar el hecho de que lo eventual aporta poco y nada a nuestro crecimiento.
El crecimiento de la Iglesia viene en la medida que un grupo de sus miembros se involucren en vivir los valores cristianos semanalmente (vida devocional, predicar, discipular, edificación mutua, actividad propia de cada uno, vida de cuerpo) y no ocasionalmente.
Cualquier médico nos podría mostrar que es tan malo crecer rápido exteriormente y no controlar la salud interna, como controlar acertadamente la salud interna pero no ver crecimiento exterior.

¿Cuál sería el equilibrio?

1) Lograr que nuestras iglesias puedan ingresar en un ritmo de crecimiento constante acorde a la cantidad y calidad de sus miembros.

2) Que la iglesia cuente con formas de determinar la salud interna. (O sea la aplicación práctica de los valores cristianos)

Cada domingo los líderes de célula nos juntamos y corroboramos que cada uno está saliendo a discipular y predicar personalmente.
El simple hecho de verificar en el grupo de líderes la aplicación semanal de los valores y que ellos a su vez lo verifiquen en sus grupos genera responsabilidad y asegura la continuidad del crecimiento.

Esta continuidad en la práctica de los dos mandatos de Jesús (predicar y discipular) ha generado un ritmo de crecimiento regular (10 personas nuevas ingresan como miembros cada tres meses).

Ya llevamos 6 trimestres en este ritmo y vemos el lento pero firme crecimiento que Dios está dando.

Nosotros nos estamos desafiando a aumentar el ritmo de crecimiento por trimestre (ya que somos más personas).

Me animo a desafiarlo a que en oración busque cual es el ritmo de crecimiento que Dios desea para su iglesia.

Empiece a creer que Dios puede hacerlo y ponga manos a la obra para alcanzarlo.

Este sentir de perseverancia en un proceso lento pero seguro se encuentra en las palabras del apóstol Pablo cuando dijo » no nos cansemos…porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos, si no nos desenfocamos en tareas triviales, si no nos desviamos en eventos que no generan crecimiento, si no reemplazamos la práctica de mandamientos bíblicos básicos (predicar y discipular) por actividades que nos gustan mas (agregado)» (Gálatas 6.9)

Es tiempo de crecer.

Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.
Notas: (1) Autor desconocido. «La parábola de los lideres»

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Transición a Iglesia de Células

La transición es uno de los temas que más preocupa a aquellos que quieren mover sus congregaciones a ser una Iglesia de células.
Mi intención es sólo compartir como nosotros caminamos esa etapa durante un año hasta llegar a buen puerto.

Mientras usted «se sale de la vaina» por iniciar sus células YA, lo invito a reflexionar en esta etapa que es donde se planta la semilla del funcionamiento de una iglesia de células.
Tome con paciencia el tiempo para saber exactamente «que está plantando» al mover a su gente a funcionar en células, no vaya a ser que cuando la semilla de su fruto, ahí donde usted prometió rosas aparezcan zapallos.

¿Transición a qué?

La primera decisión importante a tomar en una etapa de transición es si usted va a guiar a su gente a ser «una iglesia de células» o «una iglesia con células».
La diferencia es simple, una iglesia con células tiene a las células como un programa mas y en una iglesia de células, las células son la columna vertebral de la iglesia y no hay programas que compiten con ellas.
De hecho, los ministerios (discipulado, evangelismo, oración, servicio, comunión, cuidado pastoral, etc.) pasan a funcionar en las células.

Hoy en día nosotros hemos relacionado casi todos los aspectos del ministerio con el trabajo de las células, incluso la Plantación de nuevas iglesias.
Al iniciar el proceso de transición nos enfrentamos con varias «vacas sagradas», reunión de oración, reunión de evangelismo el domingo por la tarde, campañas de evangelización, reunión de mujeres, etc. (Todas estas actividades no tienen nada de malo)
Ahora, no se le ocurra comentar esto con su iglesia porque será un desempleado más, pero ninguna de estas reuniones existe hace tres años en nuestra iglesia (ni siquiera las campañas) y a pesar de eso nos hemos duplicado dos veces.
Vamos por la tercera y Dios nos está permitiendo plantar una nueva iglesia en otro barrio.

Lo mejor que puede hacer es ser sincero con su gente y hablar claro, decirle hacia donde quiere ir, no hay peor cosa que una transición oculta, donde usted quiere llevar a su gente donde ellos no quieren ir.
Si usted se está decidiendo por una iglesia con células, no va a tener mayores problemas porque se verán a las células como un programa más que servirá el tiempo que Dios lo disponga.
Lo que debe saber es que no debe esperar todos los beneficios ni resultados que las células pueden brindar simplemente porque las células no son un programa sino una forma de vivir la iglesia, y como toda forma de vida, la única manera de experimentarla es vivirla a pleno.

8 pasos prácticos de transición

La segunda decisión es que pasos concretos dar en una transición.
Aquí usted debe hacer como machado (gracias Alfonso) «caminante no hay camino, se hace camino al andar».
Compartir lo que hicimos en nuestra iglesia tal vez le sirva para pensar en los pasos que debe dar. Un aspecto a destacar de estos pasos de transición es que son prácticos, no son conceptos sino acciones que usted puede ir implementando hasta llevar a su iglesia a funcionar en células.

1: Enseñanza de Valores

Transmitir mediante todos los medios posibles (mensajes, boletines, reuniones, persona a persona, discipulado, etc.) los valores Bíblicos de un cristiano. (Valores básicos: Amor a Dios y al prójimo. Mateo 22.36-39. Para ampliar vea Boletín Crecer Nº2 «Valores»)

2: Incorporación y chequeo de Valores

Incorporar la práctica de estos valores (especialmente predicar y discipular) (Empezando por el pastor) y tener un medio (informes escritos u orales) para chequear quienes los practican.

3: Enseñanza de Base Bíblica de células

Enseñar a toda la iglesia de manera clara la Base Bíblica de las células. («Jesús y los hogares», «Pablo y los hogares», «La primera iglesia y los hogares», «¿Para qué tener células?», ¿Porque tener células?, ¿Cómo es una célula?, ¿Que se puede lograr con células?) son algunos temas que puede transmitir. (Puede solicitar gratuitamente «8 lecciones para la transición»)

4: Pedido de Hogares

Dar oportunidad a los miembros de ofrecer sus Hogares para reuniones de células.
Es bueno aclarar que no todos los hogares se abrirán.

5: Selección de Líderes y aprendices

Seleccionar a aquellas personas que practican los valores (Especialmente predicar y discipular) con regularidad e informan a la iglesia.
Invitarlos a un encuentro o retiro para mostrarles el trabajo a realizar.

6: Retiro de Líderes y aprendices

Realizar un retiro o encuentro con las personas seleccionadas y empaparlos del tema. (Manual de Líderes o algo parecido)
También en este retiro se pueden tomar las siguientes decisiones:
a) Quienes aceptan ser líderes y/o aprendices.
b) Cuales son los hogares a abrir.
c) Definir los núcleos (grupo de 5 personas) que inicia cada célula.

7: Apertura de células oficiales

De vuelta en la iglesia, es bueno tener una reunión de lanzamiento de las células donde los grupos se junten y oren por el trabajo que inician.
Use la creatividad para que este sea un momento que marque a su gente.
También puede colocar en su cartelera un afiche bien grande de las células que se abren, con su día, hora, dirección, líder y anfitriones.
Si se anima puede poner cada semana la asistencia para desafiar a cada célula y mostrar a toda la iglesia el crecimiento de cada una.

8: Entrenamiento semanal de Líderes y aprendices

Es imprescindible establecer un día de entrenamiento semanal donde el pastor y los líderes se reúnen con estos fines: Evaluación, corrección, diálogo, aliento y visión.
Estos pasos no solo son útiles en la transición, sino que nos han servido de guía continua en nuestro trabajo para seguir creciendo.
Los ocho pasos forman un proceso simple basado en el trabajo personal de cada miembro.
Este proceso pone a todos los miembros con las mismas oportunidades de servir y trabajar para el Señor.
Mi deseo es que Dios le permita andar el tiempo de transición con la confianza puesta en Señor que dice «Mis ojos están puestos en ti, Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir.» (Salmos 32.8)

Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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Duplicarse es posible

¿Soñó alguna vez con ver la iglesia duplicada? Duplicarse es posible.

Puede parecer un sueño exagerado, pero quiero contarle como la experiencia nos enseñó que Dios puede hacerlo posible si estamos dispuestos a colocar sus enseñanzas y actitudes entre nuestras prioridades.

Nosotros hemos visto como Dios duplicó la membresía en dos oportunidades y estamos encaminados para la tercera.
Vimos como Dios nos llevó de 20 a 40 miembros, luego de 40 a 80 y nos encuentra trabajando para una nueva duplicación de miembros de la iglesia.

El pensamiento que nos lleva a colocar la meta de duplicarnos cada año es que no podemos creer que un miembro de la iglesia de Cristo no pueda (con todo el potencial que Jesús le ofrece) reproducir su vida en otra persona a largo de 365 días que tiene por delante.

Dicho de otra manera: Iniciamos cada año confiando que cada miembro ha recibido de Dios todos los elementos (tiempo, fuerza, habilidades, conocimientos, regalos espirituales, etc.) como para compartir el evangelio, discipular a otra persona e integrarla al pueblo de Dios.

Mirándolo de una óptica que a unos hará reír y a otros llorar, un cristiano serio tiene que estar demasiado desenfocado, con sus prioridades bastante descolocadas, con su amor tremendamente apagado, su tiempo pobremente administrado y su responsabilidad inmensamente dormida para que después de un año no pueda traer como fruto de su trabajo UNA PERSONA ganada, enseñada y afirmada en Jesús.

Duplicarnos enfrenta a cada miembro con su propia responsabilidad en el trabajo anual de la iglesia.
La meta de duplicarnos (Cada uno es responsable de ganar, discipular e integrar a una persona) permite enfocar a los miembros en lo mas importante: las personas perdidas.

Razones que sostienen este desafío constante de duplicarnos

Trabajamos para duplicarnos porque…

Lo natural es que cada cristiano de como fruto otro cristiano

Jesús muestra en Juan 17.9-10 que su ministerio era reproducirse en personas y en Juan 15.16 aclara a sus discípulos que la elección de ellos tenía el propósito específico de que ellos continuaran el modelo colocado ante sus ojos por El mismo.

Cada cristiano tiene en el prójimo todas las posibilidades de ser cristiano

Es interesante notar en los pasajes de Juan 13.34-35 y Mateo 25.34-35 que es en la acción directa a las personas donde podemos alcanzar el propósito de Jesús.
¿Están la mayoría de nuestras horas utilizadas en acciones directas hacia las personas?
Es bueno destacar que muchos programas y reuniones no pueden reemplazar al acercamiento personal al prójimo.

Porque Dios ha demostrado que puede hacerlo

Dios ha demostrado a lo largo de la historia desde 1ra Corintios 3.6 hasta hoy que está dispuesto a dar crecimiento en calidad y cantidad a su iglesia.
Si Dios ha dado crecimiento constante en muchas ocasiones significa que el lado de la obra a pulir es la parte que nos corresponde a nosotros.
Una vez que una iglesia vive la primera experiencia de duplicarse descubre cuales son los caminos correctos para llegar al objetivo.
Esto abre los ojos de la iglesia a la realidad de que esa experiencia puede repetirse una y otra vez.
Solo es cuestión de mantener el enfoque.

Porque nos obliga a trabajar

La mejor manera de avanzar es colocar metas delante nuestro.
Como Pablo lo indica en 2da Timoteo 2.6 el fruto vendrá como resultado del trabajo.
La meta de duplicarnos compromete a cada miembro al trabajo personal y semanal, nadie puede mirar al costado y si lo hace será su responsabilidad delante de Dios.

Porque sólo fracasa quien no lo intenta

El único que no alcanzó lo que el dueño esperaba en la parábola de Mateo 25.25 fue aquel que no lo intentó debido a su temor.
No es que él no era capaz, es que él no entendió que el dueño le había dado todo como para que él lo logre.
¿Ha pensado alguna vez que quiere Dios lograr este año en su iglesia?
¿Se ha animado alguna vez a pensar que todo lo que su iglesia tiene y es les fue entregado por el dueño para que lo dupliquen para El?
Vale la pena intentarlo, Dios lo sorprenderá.

Porque desafía nuestra Fe 

Nosotros necesitamos fe para mantenernos donde estamos como Iglesia, pero Hebreos 11.1 nos muestra que la fe va mas allá de lo que está a la vista.
La fe es la convicción de algo que se espera, especialmente como lo muestra Hebreos 11 de “Hechos concretos”, es hora de que aparte de creer en Jesús nosotros como líderes empecemos a desafiar nuestra fe con hechos concretos por los cuales trabajemos con todo nuestro esfuerzo y esperemos con toda nuestra confianza puesta en Dios.
No olvidemos que Jesús nos sigue repitiendo a cada uno de nosotros la pregunta de Juan 11.40.

Conclusión 

Pensar en guiar una iglesia a duplicarse no es fácil, en nuestro caso la iglesia traía años con la misma cantidad de miembros, pero cuando vimos por primera vez el grupo duplicado (20 a 40), todo cambió.

Sabíamos que era posible e iniciamos un segundo desafío, aquí aprendimos una lección importante ya que nos llevó dos años alcanzar el objetivo.

Dios nos estaba enseñando a perseverar en la dirección correcto aun cuando los logros no llegaban en el tiempo que lo esperábamos.
Aprendimos por experiencia propia Gálatas 6.9 con todo lo que significa “no cansarse” (cuando no se ven los frutos), “seguir haciendo el bien” (aun cuando las circunstancias nos aprietan) y “esperar su tiempo“ sin desmayar.
Ese año dejó ricas experiencias de madurez en nosotros, al ver la segunda experiencia de duplicación (40 a 80).

Nos dimos cuenta que estábamos a un paso de alcanzar los 100 miembros (meta que nuestra iglesia no había alcanzado en sus 40 años de vida) y colocamos ese objetivo para fin de año.

La fe creció a tal punto que decidimos tener bautismos cada tres meses (antes teníamos bautismos una vez al año) y desafiarnos a que cada tres meses traeríamos lo cosechado en el trabajo individual y con las células.
A partir de ese paso de fe Dios bendijo con el ingreso de más de 10 miembros en cada trimestre desde esa fecha.
Este domingo cerramos el tercer trimestre de este año recibiendo 11 nuevos miembros (8 bautizados y 3 por testimonio).
Dios nos ha bendecido a principio de este año al superar la barrera de los 100 miembros.

Nuestro próximo desafío: Volver a duplicarnos.

¿Por qué estoy contando todo esto?
Porque es necesario poner sobre la mesa de nuestras iglesias el desafío de crecer.
Es hora de animarnos a hablar a nuestros miembros de “hechos concretos” que queremos alcanzar por fe.
Esperar los medios necesarios, las motivaciones ideales y los momentos correctos pueden ser una de las mejores maneras de no hacerlo nunca.
Es mejor intentar y fracasar, que nunca intentar, porque no intentarlo es falta de fe.

¿Se acuerda del dicho de Carey que todos nombran? «Espera grandes cosas de Dios, intenta grandes cosas para Dios»
Bueno, es hora de dejar de admirar tanto el dicho y empezar a ponerlo en práctica.

Un abrazo en Cristo
Tito Osvaldo Robert.

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Resolviendo nuestros problemas

Las siguientes son características que detectamos en nuestro grupo inicial de 20 personas y nos llevaron a ir resolviendo nuestros problemas.

Con dolor, honestidad y muchas ganas de cambiar aceptamos que eran «nuestros problemas» e iniciamos un lento pero seguro camino para recobrar los valores Bíblicos que habíamos perdido.

Si usted se anima a acompañarme y mirar de reojo a su gente tal vez le sea de utilidad, cualquier coincidencia con su Iglesia es mera casualidad.

No teníamos tiempo para buscar a los perdidos y hacernos amigos de ellos.

Nos vimos en un aprieto cuando intentamos hacer una lista de 10 amigos no-cristianos (¿Se anima a hacer la suya?)
La vimos negra cuando nos preguntamos ¿Qué tiempo dedicamos a estar la última semana con personas no-cristianas a fin de relacionarnos con ellos y compartir el mensaje?
Siempre nos pasaba que había algo más importante, urgente o espiritual (muchas veces en la iglesia) que ir y gastar nuestro tiempo en formar relaciones con no-cristianos.
¿Ya sumó la cantidad de relaciones nuevas que Jesús hizo con no-cristianos en su ministerio?
Valor Bíblico que habíamos perdido: El perdido es el motivo por el que Cristo vino (Lucas 5.32)

Hoy: Planificamos nuestra semana colocando que tiempo usaremos para ir al no-cristiano.

La principal actividad de los miembros de la iglesia era asistir al culto.

El culto no es una actividad donde nosotros apuntemos a las personas, el Culto es una actividad dirigida hacia Dios.
¿Qué es lo que hacemos por las personas?
Este pensamiento nos llevó a reflexionar y sacudir nuestra modorra, los miembros que no se movilizan hasta llegar cerca de otra persona están lejos de poder obedecer el segundo mandamiento.
Valor Bíblico que habíamos perdido: El amor a Dios demostrado en la obediencia a sus mandatos de Predicar y Hacer discípulos y el amor al prójimo en acción en nuestra vida diaria.
Mateo 22.37-39 – Juan 14.21 – Mateo 28.18-20 – Marcos 16.15

HOY: Nuestras actividades centrales (Discipulado personal, Evangelismo personal y Células) son canales abiertos para que todos los miembros puedan hacer algo por las personas.

No había oportunidades para que TODOS utilicen sus dones.

No podemos edificarnos “unos a otros” a través de los dones del Espíritu durante el culto del domingo.
¿Cuántos maestros podemos tener en la Escuela dominical?
¿Cuántos pueden dirigir los cultos?
¿Cómo podemos usar nuestros dones fuera de la Iglesia?
Valor Bíblico que habíamos perdido: La edificación del cuerpo de Cristo a través de la ayuda mutua y actividad propia de cada miembro (Efesios 4.16)

HOY: Las células dan el espacio apropiado para que cada miembro use sus dones, los desarrolle, asuma responsabilidades y trabaje con libertad desplegando sus habilidades.

(Este verso es clave para nosotros ya que las células es el lugar ideal para que la ayuda mutua y la actividad propia de cada miembro se vuelva realidad)
¿Tiene hoy la iglesia un sitio donde se pueda estimular, desafiar y desarrollar a la ayuda mutua y la actividad propia de cada miembro para la edificación del cuerpo de Cristo?

No teníamos un momento apartado para vivir la fe de una manera íntima, informal, participativa y más cercana a nuestros vecinos no-cristianos.

Las reuniones eran más importantes que las relaciones y ocupaban cada vez más espacios de nuestro tiempo.
Nuestro primer paso fue dejar de realizar la reunión del domingo a la tarde (supuestamente era para evangelizar) y así darles libertad a las familias para tener más tiempo fortalecerse y formar relaciones con sus vecinos no-cristianos.
Valor Bíblico que habíamos perdido: La participación de «cada uno» y de «todos» es vital para el desarrollo de la vida espiritual de cada miembro y del grupo.
Descubra las palabras «Todos» y «cada uno» en la reunión de iglesia descripta en 1° Corintios 14.23-31

HOY: Las células semanales brindaron el espacio adecuado para poder invitar a nuestros vecinos y recrear la experiencia comunitaria de que «todos» y «cada uno» a través de la dinámica bíblica de «unos a otros» (mas 50 veces descripta en el Nuevo Testamento) edifiquemos la iglesia.

Estábamos concentrados en el edificio y este funcionaba como nuestro eje.

Era muy difícil pensar que algo que hacia la Iglesia pudiera pasar fuera del edificio.
La evangelización, el discipulado, las reuniones, el culto, los talleres, etc. se realizaban en el edificio.
Valor Bíblico que habíamos perdido: Dios despliega su obra en este mundo a través de su cuerpo que es la Iglesia (grupo de personas) Hechos 17.24 – 2° Crónicas 16.9

HOY: Lo único que se realiza en el edificio es el Culto, la Escuela Dominical y el Entrenamiento de Líderes de Célula.

Las actividades de discipulado, evangelismo, reuniones de célula, aconsejamiento y preparación para el bautismo están descentralizadas en el trabajo personal que cada miembro realiza (mas de 35) y en 15 células hogareñas en 6 barrios diferentes.
Nuestro eje hoy son las personas y hemos asumido la responsabilidad de ir a realizar el trabajo encomendado donde ellas están.

Nos concentrábamos en los programas y no en las personas.

Nos causaba pánico suspender alguna de nuestras reuniones como si de ello dependiera la vida de la iglesia, pero dejábamos a las personas sin atender, cuando de esto sí dependía la vida de la iglesia.
El trabajo personal semanal con la persona que necesita discipulado y el no-cristiano que necesita ser evangelizado son las tareas que nos muestran la distancia que hay entre nuestro ministerio y el de Jesús.
Estas dos tareas alcanzan para evaluar a nuestros miembros cada semana y mantenerlos enfocados en el trabajo correcto.
Ellos saben que lo que se espera de ellos es que vayan al encuentro directo de las personas y no que dediquen infinidad de horas a preparar programas.
Valor Bíblico que habíamos perdido: Las personas son los más importante para Dios (Juan 3.16)

HOY: No existen tareas más relevantes que discipular un miembro o predicar al no-cristiano.

Si aún está en duda repase los evangelios y responda:
¿Qué valoraba más Jesús?
¿IR AL ENCUENTRO DE LAS PERSONAS O DEDICARSE A PREPARAR ROGRAMAS?
Cada valor Bíblico recuperado nos ha devuelto la alegría de vivir la vida de Iglesia.
Cuando nosotros volvemos a su Palabra y sus simples mandatos, ella se empieza a imponer por sobre nuestros programas y eventos para guiarnos una vida cristiana mas natural, informal y efectiva.

Un abrazo en Cristo.

Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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Células: 6 maneras de confundirse

Despierta asombro en cuanto al trabajo celular la distancia enorme que existe entre todas las iglesias que implementan células y los diferentes modelos que se desarrollan y descubrimos en células: 6 maneras de confundirse.

Mientras todos los que hemos iniciado células decimos ”tener células», cuando cada uno detalla lo que está haciendo descubrimos que «hacemos cosas diferentes», «damos importancia a aspectos diferentes» y «apuntamos a objetivos diferentes».

Es hora de preguntarnos con sinceridad ¿Tenemos células? o tenemos lo que cada uno de nosotros ha definido como células.

A esta altura vale aclarar que Dios puede usar cualquier método éticamente cristiano para que su obra crezca.

Por lo tanto, si Dios está dando regularmente crecimiento en su Iglesia siga usted adelante, ésta es una clara señal bíblica de que Dios está trabajando a través de su gente (1° Corintios 3.6-7)

Pero si usted ve que las cosas no han cambiado mucho después de un tiempo adecuado, o está interesado en optimizar su actual trabajo en células lo invito a que revisemos juntos si las acciones que hemos adoptado han respetado las líneas básicas de lo que llamamos «Una iglesia de células».

Sería incorrecto estar esperando los mismos resultados de crecimiento si hemos dejado de lado las recomendaciones primarias para instrumentar células en nuestra iglesia.

Conceptos básicos y ejemplos para aclarar y disipar confusiones:

– Congregación 1: Se Abren 7 células en hogares y todas son lideradas por el pastor.

Corrección: La base de una Iglesia de células está formada por los líderes de célula.

– Congregación 2: Se abren 8 células que funcionan en el edificio de la Iglesia.

Corrección: Las células funcionan en los hogares como puentes hacia la comunidad.

– Congregación 3: Se informa que las 5 clases de la Escuela Dominical ahora son células, pero su funcionamiento interno sigue siendo el mismo.

Corrección: Las células funcionan bajo la dinámica de «unos a otros», no hay «un maestro» y funcionan en medio de la comunidad no-cristiana.

– Congregación 4: Se abren 9 células en hogares donde cada líder desarrolla un excelente Estudio Bíblico unidireccional.

Corrección: Las células funcionan con la plena participación de «todos los miembros».

– Congregación 5: Se abren 6 células para que los miembros se cuiden unos a otros como objetivo principal.

Corrección: Las células tienen el objetivo principal penetrar la comunidad no-cristiana y crecer hasta «dar a luz otra célula».

– Congregación 6: Se tienen células que tienen un promedio de 25 asistentes.

Corrección: Las células son grupos pequeños (10/12 máximo) a fin de permitir la participación, la atención personal y la constante multiplicación de líderes y células.

Todos estos inicios demuestran que las intenciones son correctas, pero no se ha avanzado en comprender no solo el concepto de una Iglesia de células sino tampoco los componentes esenciales de la misma.

A fin de echar un poco de luz sobre factores que contribuyen a confusiones en la transmisión de conceptos, tomaremos como guía los siguientes puntos: (1)

6 maneras de confundirse:

Intentar la transición de la congregación entera

Intentar llevar a un grupo grande a cambiar sus valores es algo que ni siquiera Jesús intentó.

El ejemplo de Jesús debiera bastarnos para comprender que debemos iniciar la transición formando una célula y verificando «en carne propia» que esto de las células es efectivo.

Si no podemos transmitir la idea a un grupo pequeño ¿Cómo lo lograremos con un grupo grande?

Comencemos exactamente en el punto donde Jesús lo hizo.

Ver a las células como un programa más que se agrega a todos los existentes 

Las células para convertirse en una herramienta eficaz de crecimiento deben volverse la columna vertebral de su Iglesia.

Comprendida en su totalidad cada célula es una mini-iglesia instalada en una manzana de un barrio.

No es como el resto de los programas que atienden un aspecto del ministerio, sino que son «Iglesias completas» en sí mismas.

La expectativa de ser YA una «Iglesia de células»

Resulta simpático pensar que Jesús tardó tres años y medio en formar los primeros 12 líderes y liberarlos para la apertura de grupos pequeños mientras nosotros en poco tiempo creemos haber formado un grupo de líderes aptos para iniciar grupos pequeños con seriedad y estabilidad.

La estabilidad, propósito y funcionamiento de las células que abrimos dice mucho acerca de nuestra seriedad, planificación y paciencia para implementarlas.

Una Iglesia de células no es «café instantáneo».

Saltear el ejemplo de Jesús e ir directamente a abrir células sin preparación

Este es uno de los errores más comunes y más graves.

Nuestro apuro por estar «en la moda» de «tener células» ha llevado a muchos a iniciar «algo» que podamos llamar ”células» pero hemos dejado el paso más importante de lado.

El tiempo en que el pastor se dedica a vivir su propia experiencia de célula y así enseñar a sus primeros 12 líderes «con su ejemplo» como se realiza el trabajo.

Ningún manual, seminario o aconsejamiento reemplaza a esta etapa en el camino serio a implementar células en un grupo de personas.

Si Jesús lo hizo así, por algo será.

Ir directamente a mostrar materiales, técnicas, promoción y motivación sin haber trabajado para que las personas incorporen los valores básicos de una Iglesia de células

Generalmente lo primero que llega a la mano de los pastores son materiales, técnicas de trabajo, promociones y formas de motivar a los miembros hacia las células.

Es bueno detenerse el tiempo necesario (a nosotros nos llevó 1 año) hasta ver que un grupo de personas ha incorporado los valores básicos de la célula a sus vidas.

De lo contrario cuando las personas abran sus hogares se darán cuenta de que les faltan los elementos necesarios para que éstas sean efectivas.

Esto traerá desánimo y puede entorpecer el curso de implementación de células.

La ausencia de un «Plan de trabajo» realista 

No encuadrar la implementación de células en un proyecto serio, planificado y comprometido puede traer más problemas que soluciones.

Tomar el tiempo necesario para definir un «Plan de trabajo» con objetivos, estrategias, recursos, planes de acción y evaluación será una excelente inversión para que no se busque en las células un «Salvador» a todos los males de la Iglesia.

Nuestra experiencia es que nos ha costado mucho «ir lento» pero hemos aprendido a no saltear etapas y hoy después de tres años y medio de trabajo estamos viendo resultados hermosos en calidad y cantidad.

Las células nos han llevado a pasar de ser una iglesia que realizaba bautismos una vez al año a ser una iglesia que lleva 6 trimestres consecutivos viendo crecimiento (nuevos miembros).

Hoy nos encontramos expectantes porque finalizamos un nuevo Trimestre de trabajo y estamos «transpirando la camiseta» y soñando que Dios volverá a «dar crecimiento» a su iglesia.

Mi deseo es que usted pueda estar soñando lo mismo.

Un abrazo en Cristo.

Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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El ejemplo: el camino esquivado

¿Cuál es la mejor manera de transmitir a nuestras congregaciones la visión de trabajo celular? Existen varios caminos, entre ellos el ejemplo: el camino esquivado.

Pero para poder determinar el más efectivo debemos distinguir primero

Tres etapas del trabajo con células

La primera etapa consiste en elaborar un plan de trabajo realista para la Iglesia.

Esta etapa incluye formular los objetivos, definir las estrategias, identificar los recursos, elaborar un plan de acción y diseñar una evaluación.

La segunda etapa consiste en incorporar los valores de una Iglesia celular.

Esta etapa incluye la transmisión de valores a través de diferentes formas (Lecciones, Boletines, Grupos pequeños, Célula modelo, Mensajes, etc.), la definición de formas claras de evaluar la práctica de los valores y la medición de como la congregación va incorporando los valores básicos.

Puede incluirse en esta etapa las pruebas de experiencias piloto como un método para transmitir la visión celular.

Esta etapa es llamada por muchos «Fase prototipo» porque se intenta mostrar un prototipo de como es una célula a un grupo pequeño de personas.

La tercera etapa consiste guiar a la Iglesia a trabajar concretamente con células.   

Esta etapa incluye el inicio real de células en toda la Iglesia, la muestra de materiales, técnicas, promoción y motivación.

Teniendo en mente estas tres etapas podemos volver a ubicarnos ahora en

¿Cuál es la mejor manera de trasmitir el modelo celular a nuestra Iglesia?

Lo primero que hemos aprendido en nuestra corta experiencia (3 años y medio) es que cualquiera sea el método principal que usted elija debe ser parte de un plan de trabajo serio que intente llevar a la iglesia a crecer.

Creemos que el marco de un Plan de trabajo escrito permite no desviarse cuando los resultados no parecen llegar en el tiempo que los deseamos.

Si hemos confeccionado un Plan de trabajo en oración y buscando la guía de Dios después deberíamos utilizarlo como guía de nuestras tareas y límite de nuestros continuos cambios de planes (que demuestran nuestra falta de paciencia y perseverancia) y nos han llevado a no ver resultados concretos en la Obra.

Lo segundo que hemos aprendido es que ir a la fase operacional (arrancar células en toda la iglesia) descuidando la fase prototipo (Incorporar valores) se paga muy caro.

Es mucho más saludable y trabajoso tomarse el tiempo necesario para transmitir a través del ejemplo que ir directamente a abrir células sin preparación.

Es poco sano tratar de llevar a la Iglesia por medio de solamente materiales, técnicas, promoción y motivación.

Esto será importante en la tercera etapa, pero no suplirá lo fundamental que los líderes necesitan para saber realizar su trabajo en la fase operacional.

Lo tercero que hemos aprendido es que la manera más efectiva de transmitir los valores de una iglesia de célula a otras personas y a toda la iglesia es el ejemplo.

Lo que ocurre es que esto nos lleva mucho más tiempo que mostrar materiales, es más trabajoso que leer papeles y lo que es crucial, nos pone a nosotros los pastores en la posición de mostrar con el ejemplo lo que queremos que nuestros miembros hagan.

Mientras usted bucea entre la pila de materiales de célula que le han llegado, no logra coordinar en el calendario todos los seminarios sobre células a los que puede inscribirse, y se rompe la cabeza pensando como transmitir todo esto a su Iglesia, permítame compartirle lo que para nosotros es el camino adecuado:

«PARA TRANSMITIR LO QUE ES UNA CÉLULA USTED MISMO DEBE DAR EL EJEMPLO»   

Uno de los problemas más graves de las personas que quieren iniciar células en sus iglesias es que «NUNCA HAN ESTADO EN UNA CÉLULA»

Por lo tanto, intentan entregar a sus congregaciones un paquete que ellos mismos no han abierto, no conocen su valor y por lo tanto no pueden transmitir con seguridad.

Cuando usted se reúna con sus primeros líderes para iniciar sus primeras células, usted tendría que haber vivido las experiencias de:

1) «Iniciar SU CÉLULA» (Usted más dos o tres personas)

2) «Aprender a dirigir SU CÉLULA»: Vivir la experiencia de la reunión de célula. (Compartir su vida, edificarse unos a otros, desafiarse, sacarse las caretas, alentarse, escuchar, etc.)

3) «Llevar a SU CÉLULA al crecimiento»: Vivir todas las etapas por las que pasa una célula (algunas muy duras) hasta llegar a dar a luz a otra célula o sea duplicarse.

Si se fijó bien, estuve poniendo en mayúscula «SU CÉLULA».

Éste es el camino más largo (Duplicar su célula le puede llevar 6 meses)

«Llamamos Duplicar una célula al trabajo de iniciar un grupo de 5 personas y guiarlo hasta llegar a ser un grupo de 10 cristianos comprometidos que se reúnen en forma regular».

Pero es a la vez el camino más corto para mostrarle a su congregación porque moverse a ser una iglesia de células.

Tenga en cuenta que sólo este proceso le dará a usted la confianza y la experiencia para guiar a sus líderes a hacer lo mismo.

Por último, no sería honesto de su parte estar dirigiendo a su congregación a un trabajo que usted no sabe si es efectivo, posible y significativo.

En nuestra experiencia, nada enseña más sobre las células que estar en ellas y vivirlas.

Esquivar el camino de dar el ejemplo a su iglesia puede ser muy costoso.

Experimentar el camino de enfrentar cada una de las dificultades de la vida de la célula y disfrutar cada uno de sus logros es la mejor elección si usted quiere empezar correctamente.

Nosotros tardamos un año y realizamos dos experiencias piloto antes de tener nuestro primer Retiro de Líderes de célula y pasar a la fase operacional (arrancar células).

Ambas experiencias nos dieron los recursos necesarios para hablar del tema por experiencia propia.

Yo también como usted admiro a Chongi Cho y a las grandes iglesias celulares, pero para convencer a mis miembros tuve que hablarles de «nuestras propias experiencias».

Lamento pincharle el globo si usted quería avanzar como un director de orquesta que solo mira los papeles (materiales) y le indica a cada integrante de la banda (su iglesia) lo que tiene que hacer.

Esto de la Iglesia celular, si lo quiere hacer en serio, tiene mas parecido con la propaganda de Ford.

En esta propaganda el Padre (en este caso el pastor) se embarra para dar a luz a un ternero (una célula) mientras sus hijos (sus miembros) miran y aprenden a ser como él.

Supongo que ahora entiende porque el título es «El ejemplo: el camino esquivado».

Si le parece que a este pensamiento le está faltando base bíblica piense en Jesús.

Para empezar a edificar su Iglesia tomó doce hombres y se dedicó tres años y medio (con su ejemplo) a modificar sus valores.

Y cuando ellos estuvieron listos, su iglesia despegó.

Por si esto fuera poco nos dejó dicho «Ejemplo os he dado».

No se asuste, ore al Señor, busque cuatro o cinco miembros que Dios coloque en su corazón.

Busque un hogar dispuesto a abrirse cada semana y comience, habrá dado el primer paso en serio en el camino adecuado.

Estaré orando para que usted no lo esquive.

Un abrazo en Cristo.

Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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Como lograr un Sueño

¿Qué tienen en común un botón, una birome, un auto, una casa y una Iglesia que crece?

Que alguien lo soñó.

Desde el pequeño y simple clip que descansa sobre tu escritorio hasta la construcción de la gran muralla china la mayoría de las cosas hechas fueron soñadas primero por alguien.

Podríamos hasta decir que: «Nada pasa hasta que alguien sueña.»

Antes que se levante el primer ladrillo Nehemías soñó con ver esa pared reconstruida.

Jesús soñó que llegarían a serlo antes que 12 hombres toscos se convirtieran en pilares de la iglesia.

Pablo soñó con verlas constituidas antes de que las Iglesias de Efeso, Tesalónica y Galacia sean una realidad.

Cada puente, cada banco de tu iglesia, cada iglesia fundada, fue alguna vez soñada por alguien. No hablo de los sueños que tenemos mientras dormimos, sino de aquellos que tenemos con los ojos bien abiertos.

Nuestros sueños son una de las armas mas poderosas que Dios nos ha dado: nos empujan, nos levantan, nos llevan en el aire, nos dan fuerzas.

Todos soñamos con una compañera, hijos, un lugar para vivir, avanzar en la vida, un trabajo digno, un proyecto, ser parte de algo importante, etc.

Dios me enseñó a soñar con una compañera, con hijos bien criados, con un trabajo digno, con una casa, hasta que un día me pareció oír «Ahora empezá a soñar con una iglesia que crezca».

Una iglesia que se interese por la gente, que reciba a las personas como Jesús las recibe, una iglesia donde las vidas son transformadas, una iglesia donde las personas aprenden a amarse, una iglesia donde las personas desean ver a Jesús como Señor de sus vidas.

Una iglesia que cada año trabaje para duplicarse (CADA UNO GANANDO A UNO)

¿Sabe por qué nosotros soñamos?

PORQUE NADA PASA HASTA QUE NOSOTROS SOÑAMOS 

Hoy recuerdo cuando éramos 20 miembros y nosotros soñamos con llegar a ser el doble, ninguno podía soñar más que eso ya que para nosotros eso era un desafío enorme.

Pero cuando Dios dio crecimiento y éramos 40, no sólo habíamos crecido en número, también había crecido nuestra capacidad de soñar, y nuestra fe, y nosotros mismos.

Ya no somos los mismos, experimentamos el proceso de soñar con 60 miembros, 80 miembros y 100 miembros y vimos cada uno de estos sueños cumplidos.

¿Se imagina lo que estamos haciendo ahora?

Acertó, estamos soñando con una nueva etapa de crecimiento, y ¿sabe por qué?

«PORQUE NADA PASA HASTA QUE ALGUIEN SUEÑA»

Si usted ya está soñando con lo que Dios quiere para su Iglesia estará preguntándose cómo pasar de esos sueños a la realidad.

Permítame compartir con usted tres pasos que hemos experimentado para alcanzar nuestros sueños.

PASO I: «TENER FE»

Hebreos 11.6 «Pero sin fe es imposible agradar a Dios y (Él) es galardonador de los que le buscan».

«Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve».

En Mateo 9.28 Jesús empieza su conversación con dos hombres que soñaban ser sanados con una simple pregunta: «¿Crees que puedo hacer esto? 

Cuando hay un «Sí» Jesús puede actuar.

Nuestra fe le da paso a su poder, nuestros sueños empiezan a salpicar nuestra realidad y lo que creíamos imposible empieza a florecer.

Dios necesita poco de nosotros para mostrar su poder, pero Él necesita saber si le creemos.

Jesús contesta a esos ciegos soñadores que «se hará de acuerdo a su fe».

Nosotros no podemos transmitir a nuestra Iglesia el sueño de crecer si nosotros mismos no estamos seguros.

En Mateo 13.58 vemos que lo único que limitó a Jesús fue la falta de fe.

El momento en que Dios empieza su Obra imprescindible para que los sueños se cumplan es cuando en la intimidad de nuestro cuarto podemos responder «Sí, creo».

«NADA PASA HASTA QUE NOSOTROS CREEMOS QUE DIOS LO PUEDE HACER» 

La Palabra de Dios dice que «Los ojos de Dios están mirando toda la tierra para mostrar su poder en aquellos que le creen.» (2° Crónicas 16.9).

Esto significa que en este momento Dios te está mirando fijamente a los ojos y te está preguntando con respecto a tus sueños: «¿Creés que puedo hacer esto?

PASO PRACTICO: 

Defina un sueño para su Iglesia para este trimestre.

Ejemplo: Nuestra Iglesia crecerá en 10 miembros nuevos este trimestre.

¿Cree que Dios lo puede hacer?

Si le cree, mire el paso dos, si no lo cree, usted se lo pierde.

PASO II: «REALIZAR LOS TRABAJOS» 

«La fe, sin trabajos está muerta» Santiago 2.17 (V. Latina)

¿Qué hay entre un sueño y su realización? TRABAJOS. 

Los sueños de Nehemías, Jesús, Pablo, etc. no están faltos de duro trabajo realizado en un contexto difícil, con obstáculos, temores y dudas.

Pablo lo resume en 2° Timoteo 2.6 diciendo «El labrador para participar de los frutos, debe trabajar primero»

El labrador debe levantarse temprano, ser constante, cargar su bolso de semillas y salir cada día a realizar los trabajos necesarios para ver el sueño del fruto cosechado.

En cada sueño que tenemos y su realización hay mucho trabajo, sudor, paciencia y esfuerzo.

Si antes decíamos que nada pasa hasta que alguien sueña ahora debemos decir que: «Los sueños no se consiguen soñando sino trabajando» 

Muchas veces la diferencia entre los que logran sus sueños y los que no los logran, se encuentra en su disposición a trabajar.

Por eso los mandamientos de Jesús tienen que ver con tareas a realizar.

Porque en la realización de las tareas se encuentra el secreto de alcanzar lo que soñamos.

Cuando no podemos definir los trabajos que harán la diferencia y accionar sobre ellos quedamos como dice Alberto Cortés «construyendo castillos (sueños) en el aire».

PASO PRACTICO: Haga una lista simple de los trabajos que lo llevarán a alcanzar su sueño y comprométase con un grupo de miembros de la iglesia a a ponerlos en práctica cada semana.

Ejemplo: Cada uno va a dar el mensaje a una persona nueva cada semana y si la persona acepta la discipulará personalmente en su hogar.

¿Están usted y los miembros de su Iglesia listos para trabajar? Empiece ya.

PASO III: «TRABAJAR HASTA LOGRAR EL SUEÑO»

Da vueltas entre nosotros una frase que dice «Dios se queda contento con nuestra fe y esfuerzo».

No estoy de acuerdo.

En la mayoría de los aspectos de la vida a todos nosotros nos parece mal que algo no esté terminado, menos en la tarea de crecer y alcanzar sueños en nuestro ministerio.

Para muchos «Dios espera (meramente) nuestra fidelidad».

Esta frase puede ser una muestra de gran espiritualidad y/o también una fina forma de «lavarse las manos».

En Lucas 15.4 Jesús muestra que el sueño de encontrar la oveja incluye la actitud y la acción de «ir a buscarla» (trabajos), pero también la determinación de hacerlo «hasta encontrarla».

A esto yo le llamo entregarse a una tarea y enfocarse en ella de tal manera que el sueño se vuelva realidad.

Los argentinos cambiamos demasiado rápido de «sueños».

Esos cambios en realidad no muestran que somos «grandes iniciadores» sino «poco constantes».

Necesitamos la fe y los trabajos (muchas veces hemos tenido esto), pero debemos agregarle la determinación para mantenernos en la tarea hasta alcanzarla. 

La gran pesca milagrosa de Lucas 5 es una obra de Dios que necesitó de la constancia de un grupo de hombres que dijeron «hemos estado trabajando» pero si hay que ir nuevamente lo haremos.

Su determinación de no abandonar antes de tiempo ayudó a que la Obra de Dios fuera realidad.

Es necesario estar dispuestos a trabajar hasta terminar el sueño que nos hemos propuesto.

Jesús nos dejó su ejemplo al decir «Consumado es» y cumplir así el sueño de nuestra salvación.

PASO PRACTICO: Haga con su grupo un compromiso de enfocarse en los trabajos que definieron hasta alcanzar su sueño.

Evalúe y corrija los trabajos hasta ver resultados.

No abandone antes de tiempo y Dios le mostrará su poder.

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert (Pastor)

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Doce Palabras

Siempre admiré a Jesús por su claridad, su amplitud y su capacidad de síntesis, como en estas doce palabras.

Me asombra como él definía en pocas palabras algunos temas que a nosotros nos han hecho gastar enormes cantidades de horas, papel y saliva.

Según John Maxwell «Los educadores toman algo simple y lo vuelven complicado.

Los comunicadores toman algo complicado y lo vuelven simple».

Salvando mis distancias con este autor (creo que hay muchos educadores que también toman lo complicado y lo hacen simple) es valedera la frase para reflexionar en que mas de una vez hemos complicado las palabras de Jesús llevándolas a un extremo inexplicable.

Esos extremos mas que «pensamientos elevados» muestran una «obediencia bajísima», ya que son simples mandatos y los mandatos (hasta un chico lo sabe) no son en primera medida para razonarlos sino para obedecerlos.

Tal vez hemos estado cayendo en algunos lazos que nos han llevado a dedicarnos a «hacer teología» con palabras de Jesús en vez de simplemente «ponerlas en práctica».

En cierta ocasión Jesús resumió para sus seguidores (los que quieren obedecer más y hablar menos) el propósito de su Iglesia en doce palabras.

Esas palabras encierran el remedio a muchas de las enfermedades de la iglesia de hoy.

En Marcos 16.15 Él dijo: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura»

ID: Remedio a la inacción y la apatía

POR TODO EL MUNDO: Remedio al egocentrismo y a atendernos a nosotros mismos.

Y PREDICAD: Remedio a la falta de objetivos de nuestra misión.

EL EVANGELIO: Remedio a errar la temática.

A TODA CRIATURA: Remedio a la discriminación.

¿CUÁLES HAN SIDO LAS ACTITUDES O RESPUESTAS DE LA IGLESIA ANTE CADA PALABRA DE JESÚS?

EN VEZ DE IR, ESPERAMOS. 

Ir es la simple acción de movilizarse hasta el lugar donde está la otra persona. 

Ir también es una actitud que elegimos entendiendo que la responsabilidad está de nuestro lado.

Ir requiere salir de un lugar donde hoy estoy (mis pensamientos, mi comodidad, mi vida, mi hogar, mi templo, mi barrio, etc.) para acercarme a la necesidad del otro.

Ahora haga una lista de todas las actividades de su Iglesia y fíjese en cuantas de ellas la Iglesia va hacia las personas y en cuantas espera que las personas vengan.

Esta simple lista sirve para evaluar si somos una Iglesia que cumple esta primera y simple orden de Jesús.

Si tiene deseos de obedecer siga leyendo, sino puede empezar a teorizar o interpretar acerca del significado de la palabra IR.

EN VEZ DE MIRAR «TODO EL MUNDO», MIRAMOS NUESTRA IGLESIA.

Parafraseando a Ronald Allen en su libro «La Expansión Espontánea de la iglesia», «la iglesia que desde un principio no mira hacia afuera (otros barrios, otros países, el mundo) ha empezado a caminar el peligroso camino del egoísta»

Según Federico Bertuzzi en su libro «El despertar de las misiones», existen 318 Iglesias para alcanzar a cada pueblo que hoy no tiene el evangelio.

Si tan sólo más iglesias obedecieran a Jesús e incluyeran al mundo en su misión, seguramente el deseo de Dios de que el evangelio sea predicado «hasta lo último» estaría ya cumplido.

Nunca es tarde para enseñarle a un hijo los peligros del egoísmo y las bendiciones de compartir.

Comience hoy a guiar a su Iglesia a sostener misioneros que lleven el evangelio a todo el mundo.

EN VEZ DE PREDICAR BUSCAMOS OPCIONES (AYUDAR, ENSEÑAR, ORAR).

Que quede claro que ayudar, enseñar y orar son valores claramente Bíblicos y mandatos de Jesús para nosotros, el error está en que reemplacen los tiempos de predicación, de salir, de hablar, de ir a la gente.

No por nada Jesús recalcó la actividad de predicar.

Es que con mucha facilidad la reemplazamos por otras actividades (vigilias, recitales, adoración, caminatas, etc.) que no tienen nada de malo pero que no pueden reemplazar a la acción clara y directa de exponer el evangelio a otras personas.

El objetivo central de Jesús, Pedro y Pablo era predicar y enseñar el evangelio, y a su alrededor giraban el resto de las actividades, ellos tenían una claridad de objetivos que los llevó a ser efectivos.

EN VEZ DE HABLAR DEL EVANGELIO HABLAMOS DE TEMAS DE MODA.

El evangelio es la buena noticia que debemos comunicar, ninguna otra cosa va a satisfacer el hambre espiritual de las personas.

Errar en el tema que debemos comunicar nos traerá dolores de cabeza, Jesús lo dice simple, no deberíamos complicarnos.

Podemos reconocer que existen herramientas actualmente que pueden ayudar al ser humano en sus problemas de conducta, pero sería bueno reconocer que no se nos ha dado permiso para mezclarlas con el evangelio.

En todo caso llamemos cada cosa por su nombre y estaremos confundiendo menos a la gente y manteniendo nuestra fidelidad al mensaje que Jesús quiso que demos.

EN VEZ DE IR A TODA CRIATURA DISCRIMINAMOS EL EVANGELIO Y LAS PERSONAS.

Según estas palabras la idea de Jesús era que nadie debería quedar por ningún motivo fuera del alcance del propósito de su Iglesia.

¿Está su Iglesia mirando a su barrio, los barrios vecinos, cómo sostener misioneros en otros países, etc.?

¿Estamos dispuestos a mirar la Obra de la Iglesia con la perspectiva de Jesús?

¿Estamos dispuestos a obedecer simplemente sus órdenes?

¿O tal vez nos sentimos más cómodos en el lugar de analizar sus palabras?

Es hora de decidir.

Usted dirá ¿Qué tiene esto que ver con células? Simple.

Las células son sólo una herramienta dentro de una Iglesia que está dispuesta a obedecer y existir como Jesús la soñó.

Las células ayudan a un propósito, que es que la Iglesia realice de manera más adecuada su labor.

Querer utilizar las células como «llave mágica» o «para alcanzar nuestros propios deseos» sólo nos llevará a nuevas frustraciones.

Antes de abrazar las células como herramienta, debemos abrazar el simple propósito de Jesús para su Iglesia, y al obedecerlo verificar que cuando «sus mandatos» se vuelven «nuestras prácticas» todo es más simple de lo que parecía. 

Intentemos siempre seguir el consejo de la Palabra de Dios (1° Timoteo 6:3) de «conformarnos a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo» y así estaremos menos expuestos a la constante pregunta que él nos hace en Lucas 6:46.

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert. (Pastor)

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Células: ¿Por dónde empezar?

Mi mente voló hasta el instante en el que mi señora y mis hijas verían aquella torta terminada, el momento de recibir los elogios de parte de ellas fue dándole vértigo a la preparación sin que yo me diera cuenta.

Buscando con apuro el momento deseado puse el horno mas fuerte.

Yo no podía esperar una hora a fuego lento.

En cuanto mi vista dio el OK, la cubrí de chocolate y otras delicias y la mandé a enfriar para que esté a punto.

Cuando el momento llegó y toda mi expectativa se estaba por cumplir, una de mis hijas (sincera como siempre) dijo: «Esto está crudo».

Todos tenemos una tremenda inclinación a «hacer las cosas lo mas rápido posible», y a creer que «las cosas avanzan por lo que nuestros ojos ven».

Todos nos hemos enfrenado a la realidad de que «hacer las cosas rápido nos ha traído muchos problemas» y que la mayoría de las veces «las cosas no han avanzado de acuerdo a lo que la vista nos marcaba».

Uno de los principales errores al iniciar células es dejar de lado este consejo que da el Pastor Dan Smith «No comience células hasta estar seguro que el 50% de sus miembros a cambiado sus valores»

¿Cuándo comenzar las células?

No debemos apurarnos por poner lo externo (reuniones de células, carteles de células, anuncios de células) sobre la mesa si no estamos seguros que el centro esta cocinado, es decir que los valores correspondientes han sido incorporados por un grupo de miembros.

EL CENTRO DE LAS CELULAS ES LA INCORPORACION DE LOS DOS VALORES PRIMARIOS (AMAR A DIOS Y A LAS PERSONAS) EN LA VIDA DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.

En 1998 me acerqué a Joel Comiskey (1) y le pregunté cuál era su consejo para un pastor laico joven como yo que quería comenzar una Iglesia Celular y él me dijo: «Dedica un año entero a hablar sobre los valores».

Para mí fue una bofetada, yo quería abrir células ya, yo creía que lo importante era empezar las reuniones y listo.

Después de todo «Dios es poderoso», «está por sobre todas las cosas», «obra a pesar de nosotros» y no sé cuantas frases mas que en realidad escondían mi falta de seriedad y planificación.

Hoy hemos aprendido que «Dios es poderoso», «está por sobre todas las cosas» y «obra a pesar de nosotros» pero que le agrada que trabajemos con paciencia y no nos apuremos «por estar a la moda» o buscar logros tipo «café instantáneo».

Siempre voy a estar agradecido a Joel por su honestidad, porque me dijo lo que no quería escuchar.

Resultados de dedicar un año entero a transmitir valores

Hablar sobre los valores en relación a la Iglesia significa transmitir la simple enseñanza de que amar a Dios (Guardar sus mandamientos) y amar a las personas implica acciones simples y concretas.

Jesús aclara en Juan 14.15 y amplia en 14.21 y 23 que amar a Dios no pasa solamente por nuestros sentimientos.

La mayoría de los miembros de su Iglesia le dirán «Pastor: Yo amo a Dios y a las personas» (Muchos se refieren a lo que sienten)

Pero Jesús dice que los que le aman «obedecen lo que Él manda hacer» (Acciones) y que el verdadero amor se muestra en lo que hacemos por Dios y por las personas.

¿Qué cosas Dios nos manda?

Haga una lista de acciones.

¿Qué cosas Dios espera que hagamos por las personas?

Haga otra lista de acciones.

Ahora mire si esas acciones están incluidas en su vida y en la vida de sus miembros.

Predique un año sobre esas acciones y mire los resultados, pregunte, haga una encuesta, tome un mate con ellos y descubra sus acciones.

Una y otra vez muestre a través de la Biblia como los personajes vivían estos valores de amar a Dios y a las personas a través de las acciones y desafié a su gente a ponerlos en práctica.

Cuando la mitad de sus miembros han cambiado sus acciones han modificado sus valores

No tenían vida devocional y ahora la tienen diariamente.

Antes no salían de sus casas para visitar y ahora lo hacen regularmente.

No enseñaban de la Biblia a nadie y ahora lo hacen cada semana.

Tenían temor de presentar el evangelio a alguien y ahora lo hacen de lunes a sábado.

Muy rara vez realizaban algún acto de servicio y ahora lo practican a diario.

Cuando usted tiene un grupo de gente que vive (sus acciones) los valores que Jesús nos enseñó semanalmente usted está listo para abrir células.

La razón de esto es que ese grupo funcionará de motor para el resto del grupo y guiará en un proceso lento pero seguro a otras personas a incorporar los mismos valores.

El primer paso para llevar a una iglesia a funcionar en células es transmitir y guiar a la Iglesia a vivir a diario los valores que Jesús nos mandó. 

Leer la Biblia (Mateo 4.4), Orar (Mateo 6.6), Hacer discípulos (Mateo 28.18-20), Predicar el evangelio (Marcos 16.15), etc.)

El segundo paso es tener una manera simple de evaluar si esos valores se practican.

Hay maneras informales de evaluar (charlar con los miembros) o formales: Cada persona que practica un valor hacia otra persona (visita, hace discipulado o testifica) lo informa semanalmente a través de un papel que deposita en un buzón.

Nosotros utilizamos ambos métodos para descubrir las personas que serán tenidas en cuenta para el ministerio de células.

Si usted ha dado los dos primeros pasos y ve un grupo de personas que responden a vivir de esta manera, usted puede ir pensando en la etapa de reunir esas personas y prepararlas para iniciar células.

Estas personas tienen el elemento esencial: Viven los valores de Jesús cada semana y solo el que los vive los puede transmitir.

Ponga su corazón y paciencia en esta primera etapa, no vaya a ser que le pase lo que a mí con la torta y al poner lo preparado sobre la mesa, alguien se sincere diciendo: «Esto está crudo».

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert. (Pastor)

Notas: (1) Reconocido autor de Estudios sobre Iglesias celulares en todo el Mundo.

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Células: Soluciones a Problemas Históricos

Nosotros hemos visto como el trabajo con Células ha brindado soluciones simples a unos cuantos problemas históricos de la iglesia, hoy estos temas ya no son dolores de cabeza y han pasado a ser vehículos a través de los cuales la Obra avanza.

Todos estos problemas se ven afectados positivamente cuando pensamos en dirigirnos a funcionar en grupos pequeños:

Los Dones o Regalos espirituales

El enfoque ha estado principalmente centrado en los regalos públicos.

No hemos animado, ni enseñado, ni brindado el lugar apropiado donde los miembros puedan compartir sus regalos espirituales «unos a otros» para construir así la iglesia de Dios.

Las células proveen del lugar intimo, participativo e informal donde los miembros pueden usar sus dones ampliamente (1ra. Corintios 14.26)

Evangelización 

Hemos enseñado a las personas a invitar o traer alguien a un programa de la iglesia, y no a vivir diariamente en una conducta abierta a los no-cristianos para fomentar posibilidades de compartir el evangelio.

Las células permiten acercar la Iglesia (grupo de cristianos) a los vecinos y amigos de una manera natural y espontánea (Hechos 5.42)

El cuidado personal de los miembros 

Históricamente hemos dejado este trabajo al pastor, se supone que para eso le pagamos.

Sin embargo no es bíblico ni realista que esta sea «su» responsabilidad y sí es sumamente bíblico (1) y realista que esta es una responsabilidad de todos los miembros de la iglesia.

Ellos sí podrán (unos a otros) personalmente proporcionar el cuidado de calidad que todas y cada una las personas se merecen.

Las células permiten el trabajo responsable de cada miembro de la Iglesia ya que cada uno de ellos es llamado a cuidar las personas de su grupo cumpliendo así el mandamiento de Dios de amar al prójimo como a sí mismos (Mateo 22.39)

Retención del fruto 

No hemos tenido un método claro para incluir al nuevo convertido en un sitio seguro, íntimo, personal e informal donde pueda dar sus primeros pasos con seguridad, la familia (grupo pequeño) es el mejor lugar para crecer.

Las células se transforman en las familias que reciben a los nuevos integrantes de la Iglesia pudiendo así cada grupo llevar parte de la responsabilidad de cuidar y retener el fruto alcanzado.

Descentralizar 

El punto central de «el sacerdocio de todos los creyentes» de Lutero es que ES EL METODO elegido por Dios para la edificación y extensión de su reino.

Pero la Iglesia no ha ofrecido el «lugar adecuado» para que este sacerdocio sea ejercitado.

Queda claro que si “sacerdotes” son los que están entre Dios y el pueblo, los cristianos deben asumir este rol desde sus lugares habituales y no desde un edificio, ya que los no-cristianos no están en nuestro edificio sino fuera de él.

Debemos olvidarnos de «Venir a la iglesia» y encontrar la forma de «llevar» a «la iglesia» cerca de la gente, de una manera más PERSONAL, INFORMAL Y SIMPLE.

La expresión de un miembro de la iglesia «La iglesia vino a mi casa» es la realidad que queremos vivir para que muchos conozcan a Jesús.

«Debemos llevar la iglesia donde están las personas»

Esto es posible a través de la células.

El problema del espacio 

No podemos encasillar ni encerrar la «obra de Dios» en lugares físicos.

Las células permiten sacar a los miembros y al ministerio de nuestras 4 paredes y llevarlo al terreno donde mas se lo necesita y donde Jesús nos envió (Mateo 10.16)

El peso de los gastos materiales para poder ser llamados iglesia 

No estamos pensando en una nueva técnica, estamos viendo el ministerio de la iglesia de otra manera.

Estamos tratando de acercar nuestro ministerio al modelo Bíblico y con una herramienta que nos sea útil para cumplir mejor la misión que Jesús nos encargó de “hacer discípulos”.

La apertura de nuevos hogares (fruto del crecimiento de una célula) permiten ir formando congregaciones de cristianos en diferentes barrios y guiarlos a través de la enseñanza a ser Iglesia (grupo de cristianos).

Desde muy temprano enseñamos que es la Iglesia y en ningún lugar se nos dice que necesitan un edificio para serlo.

Cuando cada miembro es miembro de una célula, cada miembro tiene una responsabilidad.

Una vez que los miembros encuentran la libertad para ejercer su ministerio de manera natural y espontánea en sus barrios nos acercamos a la realidad de la que Pablo habla en Efesios donde Jesús, cabeza de la Iglesia puede desplegar toda su plenitud utilizando a cada cristiano para extender el evangelio.

Dios, colocó todo bajo sus pies, y lo constituyó Cabeza de la Iglesia.

Ella (La Iglesia) es su cuerpo y en ella despliega su plenitud Él que lo llena todo en todos (Efesios 1.22-23) 

Un abrazo en Cristo. 

Tito Osvaldo Robert.(Pastor)

Notas: (1) Ver los 50 o más pasajes donde Pablo indica que las actitudes de cuidado entre cristianos se deben realizar de «Unos a otros».

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