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El camino esquivado.

Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan 13.15

 

El camino esquivado.

 

Dar el ejemplo es “el camino esquivado». Si le parece que a este pensamiento le está faltando base bíblica piense en que Jesús para empezar a edificar su iglesia tomó doce hombres y se dedico tres años y medio con su ejemplo a modificar sus valores personales y cuando ellos estuvieron listos, su iglesia despegó. Por si esto fuera poco nos dejó dicho «Ejemplo os he dado”.  No se asuste, ore al Señor, busque cuatro o cinco miembros que Dios coloque en su corazón, un hogar dispuesto a abrirse cada semana y comience, habrá dado el primer paso en serio en el camino adecuado. Ni Jesús mismo siendo el hijo de Dios, se excluyó de la responsabilidad de modelar el ministerio para sus seguidores. Toda persona que se autoexcluye de modelar los valores de evangelizar y discipular personalmente para sus miembros desata dos actitudes que determinan la respuesta de sus miembros.

 

En primer lugar autoriza a todos los otros cristianos a autoexcluirse alegando cada uno de ellos diferentes funciones que deben atender dentro del cuerpo de Cristo así como el pastor esta declarando que su función es pastorear.

En segundo lugar, sus miembros no puede ver el modelo en la práctica, por lo tanto el resultado será que ellos no lo practicarán. Surge la pregunta: Si desde el pastor hacia abajo cada uno de nosotros podemos excluirnos de evangelizar y discipular alegando que nuestras funciones en el cuerpo de Cristo son otras. 

¿Para quienes son entonces las ordenes de evangelizar y discipular?

 

Nuestra confusión o el engaño del enemigo alcanzan su máxima expresión cuando nos damos cuenta que justamente quedan sin realizarse en nuestras iglesias aquellas premisas que eran primordiales para Jesús. ¿Por qué no repetimos el ministerio de Jesús? El fue llamado por Dios para rescatar hombres del pecado.

El junto 12 hombres para formarlos y así perpetuar su trabajo. El vivió el ministerio junto a sus discípulos para que ellos aprendan en la práctica. (Oró, fue hacia los perdidos, atendió, predicó y enseñó) Todo en presencia de sus discípulos, ésta fue una de las características que permitió multiplicar su ministerio. ¿Por qué no empieza usted también a dar su ejemplo y toma el camino que todos quieren esquivar?
 
Oración: Señor, ayúdame a no esquivar el camino de ser ejemplo a otros en vivir los valores que tu esperas de mi.

 

Padres y familias.

Así que ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la famiia de Dios. Efesios 2.19

 

Padres y familias.

 

El diseño de Dios de este mundo para su crecimiento involucra a padres y familias como ejes de cuidado y formación de las personas. El desafío sería poder como iglesia poder proveer estos ejes para la vida espiritual de las personas y así cada nuevo cristiano tendría las mismas oportunidades que Dios nos dio a nosotros el día que nacimos de crecer rodeados de amor, contención y dirección. 

 

¿Qué creo Dios para cuidar a las personas?  

 

 

En primer lugar Dios creó la figura de los Padres y en un sentido mas amplio la figura de la Familia.

Tenemos entonces aquí dos elementos que debemos incorporar a la vida de la iglesia.

La función de los Padres es enseñar a sus hijos durante el desarrollo y hasta la madurez, por lo que podemos relacionar adecuadamente a esta función de ser padres a la tarea del discipulado.

Así como un Padre enseñanza a su hijo a comer, hablar, caminar, dar, etc. El Padre espiritual enseñará a su hijo espiritual a alimentarse de la palabra de Dios, a orar, a obedecer y a testificar. 

En segundo lugar tenemos la función de la familia como espacio natural y sano para el crecimiento de todo ser humano.

 

Así como una familia debe brindar a sus hijos cuidado, diálogo, intimidad, valores, participación, responsabilidad y contacto personal, la iglesia debe brindar un sitio semejante donde los cristianos reciban todos estos elementos.Es aquí donde las células ocupan un lugar trascendental en la vida de la iglesia ya que proveen justamente de este espacio imprescindible para que cada cristiano pueda desarrollarse hacia la madurez.

 

Si Dios creó estas dos funciones para cuidar a las personas hoy nosotros debemos incorporarlas como cuidado básico de aquellos que ingresan a la iglesia a fin de verlos integrados, creciendo y madurando espiritualmente.

 

Oración: Señor, ayúdame a sumir la responsabilidad de cuidar a otros espiritualmente como un padre o un madre lo harían. Muéstrame a que persona debo cuidar.

La iglesia debe expresar la naturaleza de Dios.

Porque así dijo el Santo y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y el humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías 57.15

 

La iglesia debe expresar la naturaleza de Dios.

 

La idea de trabajar en grupos pequeños encuentra sus bases teológicas en dos ideas muy simples:

En Génesis 1.26 encontramos la palabra “hagamos”, la cual Dios mismo utiliza para referirse a él mismo no como una individualidad sino como un grupo de tres personas que trabajan juntas para un fin.

En Juan 14.23 Jesús repite la idea al referirse a su trabajo en nuestras vidas utilizando la palabra “vendremos”. Este funcionamiento en grupo en el que conviven la unidad y la diversidad, potenciando tanto la individualidad de cada participante como así también la eficacia del grupo evidentemente está en la esencia de Dios mismo. Los grupos pequeños están el corazón de Dios y deberían estar en el corazón de su iglesia. En Isaías 57.15 descubrimos la naturaleza de Dios mismo como un alquien trascendente, alto, sublime, eterno y santo. Pero también descubrimos a un Dios cercano, presente, personal, intimo y vivo.

 

Cuando Dios se manifiesta a este mundo también quiere hacerlo de estas dos maneras porque ambas muestran su naturaleza. El culto muestra el aspecto de su trascendencia, por eso le adoramos y celebramos a ese Dios Omnipotente, Omnipresente y  Omnisciente.

Cada uno de nosotros tiene el honor de mostrar el otro aspecto en el cual Dios es cercano, nos toca, es personal, pone su mano en nuestro hombro y nos vivifica. Esto lo hacemos cuando amamos al prójimo.

«La iglesia debe ser lo más grande posible para afectar a su comunidad

y lo más pequeña posible para atender cara a cara a cada persona» ¿ Se animará usted a expresar la naturaleza de Dios ?

 

Oración: Señor, que pueda expresar al mundo la naturaleza de un Dios cercano, presente, personal, intimo y vivo acercándome en este día a una persona que necesite de ti. Guíame a hacerlo.

 

¿ Cómo lo hizo Jesús ?

Y estableció a doce, para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar. Marcos 3.14

 

¿ Cómo lo hizo Jesús ? 

 

La forma en que Jesús inició su ministerio está al alcance de cualquiera que desee servir a Dios. 

El plan de Jesús para conquistar al mundo comenzó con un grupo pequeño. Eligio doce hombres con quienes se comprometió a “estar” y “a enviar.” Su plan consistió en modelar para ellos una forma de vida de acuerdo a los valores de Dios. Amar a Dios y a las personas serían sus ejes.

                                                      

Vemos a Jesús involucrado personalmente en los procesos regulares de una vida devocional estable (Marcos 1.35), la predicación del evangelio tanto pública (Marcos 1.14) como personal (Juan 3, 4 y 5),  la formación de discípulos por medio de su ejemplo (Juan 13.15),  la formación de un grupo pequeño (Marcos 3.13-15) que cumplía los objetivos primarios de estar juntos y de misión, y la concientización misionera por alcanzar los lugares no alcanzados a fin cumplir su propósito mundial, porque “para esto he venido”  (Marcos 1.38).

 

Esta forma que Jesús nos ejemplificó puede proveernos resultados similares. Tan fuerte fue su ejemplo que la primera iglesia y el apóstol Pablo siguieron el mismo modelo de ministerio.  

Es evidente que la práctica natural de esa época era utilizar el hogar como medio de relacionarse con sus semejantes a fin de compartirles el evangelio. El hogar sigue siendo actualmente el medio más natural para relacionarnos. La iglesia puede y debe volver a ver a los hogares como el medio apropiado para relacionarnos y guiar a la fe a nuestros familiares, amigos y vecinos. El apóstol Pablo, quien tal vez es la persona que interpretó más claramente el corazón de Dios, dejó un claro ejemplo de ministerio fundamentado en grupos pequeños, utilizando las casas como la herramienta básica de su trabajo ministerial. Al llegar al final de sus días, el seguía utilizando esta modalidad en su casa para seguir extendiendo el reino de Dios. (Hechos 28.30-31)

 

Oración: Señor, ayúdame a seguir el ejemplo de Jesús dedicándome a estos procesos simples que El practico para que pueda ser una herramienta usada por ti para tu reino se extienda.

 

Doce palabras.

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda critura. Marcos 16.15

 

Doce palabras.

 

Siempre admiré a Jesús por su claridad, su amplitud d su visión y su capacidad de síntesis. Sus palabras son en definitiva palabras para ser obedecidas. Tal vez hemos estado cayendo en alguna trampa que nos ha llevado a dedicarnos a «hacer teología» con palabras que Jesús en vez de simplemente “ponerlas en práctica”. En cierta ocasión Jesús resumió para sus seguidores (para aquellos que quieren obedecer más y hablar menos) el propósito de su iglesia en doce palabras. Esas palabras encierran el remedio a muchas de las enfermedades de la iglesia de hoy.

Mire que simple que El lo definió. Id es el remedio a la inacción y la apatía. Por todo el mundo es el remedio al egocentrismo y a atendernos a nosotros mismos. Y predicad es el remedio a la falta de objetivos de nuestra misión. El evangelio es el remedio a errar la temática y a toda criatura es el 

remedio a la discriminación.

¿Cuáles han sido las actitudes o respuestas de la iglesia a cada una de éstas palabras de Jesús?

En vez de ir esperamos. En vez de mirar todo el mundo miramos nuestra iglesia.  En vez de predicar buscamos opciones. En vez de hablar del evangelio hablamos de temas de moda o que le gustan a los oyentes. En vez de is a toda criatura discriminamos el evangelio y a las personas.

Intentemos siempre seguir el consejo de la Palabra de Dios (1ra Timoteo 6.3) de «conformarnos a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo».

Si lo intentamos estaremos menos expuestos a la constante pregunta que él nos hace en Lucas 6.46. 

¿Por qué me llaman Señor, si no hacen lo que yo les digo? Jesús ha declarado que tu iglesia tendría un alcance mundial. Es tiempo de que empecemos a creerle. ¿Qué harás?

 

Oración: Señor, Quiero ser parte de los que te creen y viven de acuerdo a tus mandatos. Ayúdame a hacerlo así desde hoy.

 

Como ser parte de la misión global.

Como tu me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Juan 17.18

 

Como ser parte de la misión global.

 

¿Qué habló, y qué hizo y enseño Jesús a sus discípulos durante los últimos cuarenta días que compartió con ellos? ¿Cuál fue el tema que llenó su corazón? Indudablemente fue la Gran Comisión. Con ella definió claramente cual seria el enfoque central que tendrían sus seguidores y como llevarlo a la práctica.

Si ellos hubieran fallado en el enfoque, nosotros no estaríamos hoy hablando de Jesús.

Dios utiliza su palabra para concientizarnos sobre la responsabilidad que descansa sobre nosotros y nos desafía a tomar acciones concretas para que esa concientización se cristalice en obediencia a la Gran Comisión.  

 

La visión correcta de una iglesia está determinada por su respuesta a los mandatos que Jesús nos dejó.

Los mandatos de Marcos 16.15 y Mateo 28.18-20 se levantan como básicos si queremos continuar su tarea de «rescatar a los perdidos» y «edificar su iglesia». El otro aspecto distintivo de la visión de Jesús se encuentra en su mirada amplia que incluye «hasta lo último de la tierra».

No podemos decir que seguimos sus órdenes si nuestra mirada como iglesia excluye lo que él incluyó.

 

La estrategia de Jesús se delinea en tres palabras simples: Orar, Ir y Dar. La oración (Mateo 9.37-38) es el motor de todo nuestro accionar. También nos sirve como enlace con aquel que quiere darnos dirección actualizada sobre como avanzar. Además es el medio para pedir y recibir los recursos que necesitamos para realizarla. La movilización de ir (Lucas 9.2,6) no puede ser reemplazada por nada. En cualquiera de los tres planos de la evangelización, ya sea local, a barrios alejados o «hasta lo ultimo de la tierra» necesitaremos de personas dispuestas a «ir».

La acción de dar será la que marque la diferencia. (Juan 3.16) Para que ocurra un bien debe haber alguien dispuesto a dar, algunos puedan «ir» muchos deberán estar dispuestos a «dar», como fieles mayordomos, para el sostén de los misioneros que saldrán.

 

Oración: Señor, quíame a buscar la forma de priorizar el orar, el ir y el dar en mi vida para así ser parte de tu estrategia para que el mundo conozca de tu verdad.

 

Nuestra misión.

Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo. Hechos 9.31

 

Nuestra misión.

 

Hay algunas ideas que pueden ayudarnos a intentar trabajar de acuerdo a la misión que Jesús nos encomendó. La Misión fue realizada. La iglesia primitiva (ver el libro de Hechos) concretó en su tiempo la misión. En ocasiones trabajó intencionalmente (Hechos 3); en otras Dios la tuvo mover (Hechos 8). 

Todos sabemos que los resultados fueron asombrosos. La Misión es posible. Muchas iglesias (pequeñas y grandes) están demostrando en el presente que Dios ha dado a la iglesia el potencial necesario para realizar esta misión. El ha levantando iglesias que sirven de ejemplo; crecen localmente, plantan iglesias, sostienen y envían misioneros “hasta lo último de la Tierra”.

 

El equilibrio consiste en incluir, en la medida de nuestra realidad, aquellos aspectos de la misión que Jesús nos encargó (Obra local, plantar Iglesias y Enviar misioneros).

Cuando estos aspectos (en obediencia a Jesús) están incluidos, más allá del grado de aporte que hagamos, comenzaremos a descubrir que Hechos 1.8, es posible y real hoy en nuestras iglesias.

 

La Misión es simultánea. En nuestro barrio nuestro testimonio (ser testigos) debe ser claro y creciente. Las células en hogares son la herramienta adecuada para relacionarnos con cada vecino y a través del evangelismo personal alcanzarlos para Cristo. Los medios que utilizaremos para conservar los resultados son el discipulado personal y el cuidado de «unos a otros» en grupos pequeños.

 

En los barrios a nuestro alrededor: Nuestro testimonio naturalmente irá alcanzando personas fuera de los límites de nuestra zona, en barrios donde no hay una iglesia cristiana. Este proceder está dentro del plan natural que Jesús ideó para extender su obra. Tal vez lo que nos falta es reconocer que éste es un medio por el cual Dios permite que su obra penetre en otros sectores, debemos asumir nuestra responsabilidad por conservar esos resultados e invertir líderes de célula que se muevan a iniciar células en esos nuevos lugares hasta formar grupos base de 20 o 30 adultos y plantar iglesias locales.

 

Hasta lo último de la tierra:  Muchas iglesias se están sumando día a día al mandato de Jesús de «Ir hasta lo último de la tierra». El argumento de que ésta etapa es nuestra responsabilidad recién cuando hayamos completado las anteriores es un engaño de Satanás para mantener al mayor porcentaje de iglesias de nuestro país con la mirada puesta en su propio ombligo.

Cualquier iglesia que se desafíe a si misma a obedecer a Jesús y hacer realidad esta tercera etapa descubrirá que Dios es fiel a aquellos que son fieles a la Misión Global que Jesucristo estableció.

 

Oración: Señor, ayúdame a ser parte de la extensión de tu reino en mi propio barrio, en otros lugares y hasta lo último de la tierra.

 

Misión Global.

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalem, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Hechos 1.8

 

Misión Global.

 

El Señor Jesús incluyó la palabra mundo en sus mandatos de predicar y hacer discípulos, indicando de ésta manera cual era el objetivo hacia donde su seguidores deberían enfocar la tarea. Bajar la mirada del mundo entero equivale a dejar de mirar donde Jesús quiere que su iglesia mire.

Mientras Hechos 1.8 es uno de los versos más aceptados, reconocidos e inspiradores para proyectarnos en una visión mundial, paralelamente es un texto que no se implementa en nuestras iglesias.

Jesús hzo una declaración que definió la misión para el grupo de personas que él lideraba. 

 

No somos el primer equipo de trabajo que se desorienta cuando considera cual es verdaderamente su propósito en la obra. Pero tal desconcierto tendría que servirnos para pensar por qué muchas veces sentimos y experimentamos que no alcanzamos a desarrollar el potencial que Dios espera de nosotros como su equipo aquí en la tierra. Tal consideración podría ayudarnos a enderezar nuestro barco y colocarlo en el rumbo correcto que lleva al puerto que Jesús nos señaló.

 

Jesús delineó en Hechos 1.8 la misión de la iglesia de tal manera que el evangelio se pueda extender desde el punto donde se encuentra cada iglesia hasta lo último de la tierra. Jesús declaró que su iglesia tendría un alcance mundial.

 

Toda iglesia que elige pensar primero en ella y después en la misión que Jesús nos dio podrá sentirse avalada por el sentido común al pensar así, pero no se da cuenta que ha empezado a dar los primeros pasos en el camino del egoísmo.

 

Jesús espera que usted se involucre hoy en la misión que el nos delego, siendo testigo en su barrio, apoyando y colaborando con los recursos que Dios le ha dado a usted para que nuevas iglesias sean plantadas en barrios sin testimonio y haciendo su parte para que e evangelio llegue “hasta lo último de la tierra”, esto puede ser por medio de responder usted al llamado de Dios para las misiones o bien ofrendar para que los misioneros puedan ir.

 

Oración: Señor, muéstrame que pasos de obediencia debo dar para estar comprometido en la misión que nos encargaste, en mi propio lugar, en barrios alejados y “hasta lo último de la tierra”.

 

 

El resultado de los procesos: Fruto.

Y os he puesto para que vayais y llevéis fruto y vuestro fruto permanezca. Juan 15.16

 

El resultado de los procesos: Fruto.

 

Todo lo que tiene vida en la creación de Dios se caracteriza por llevar fruto de alguna manera.

Ese fruto contribuye a la reproducción de esa especie. Donde no se aporta fruto la vida queda condenada a la extinción. Jesús enseña que todo lo creado por Dios y tiene vida esta orientado a “llevar fruto” y donde éste no se da, se puede decir que algo no está bien.¿Qué fruto tiene en sus manos al considerar su vida, su célula, su iglesia o su ministerio? Dios está buscando personas dispuestas a entregarse a sus procesos a fin de ver en su iglesia el crecimiento que él promete.

 

Trabajar en procesos nos coloca frente al desafío del ejemplo personal, a planificación, a asumir responsabilidades, a practicar la constancia y la dependencia de Dios.
Si Jesús me invita a trabajar en procesos diarios o semanales tales como la vida devocional, el discipulado, el evangelismo o experimentar la dinámica de un grupo pequeño es porque detrás de esos procesos descansan los resultados que deseamos. 
El plan de trabajar en procesos regulares está delante de nosotros; es menos atractivo que un evento, pero según la Biblia produce «a ciento por uno». 
Es el desafío que cada sembrador acepta cada mañana cuando no negocia el trabajo anónimo, esforzado, silencioso, constante y responsable por el atractivo de lo instantáneo y publicitario.
El sembrador vive con la convicción de que su entrega al trabajo diario y la bendición de Dios van de la mano;  hace muchos años que así va recogiendo fruto que trae gloria a su nombre. 

Nos estamos preguntando: ¿Podrá la iglesia cambiar?

 

Oración: Señor, que desde mi vida tu iglesia pueda empezar a cambiar y dedicarse con diligencia a tus mandatos.

 

El crecimiento viene desde abajo.

 

Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano. Eclesiastés 11.6

 

El crecimiento viene desde abajo.

 

El crecimiento comienza desde abajo. Dios puede manifestarse en otras formas, por las cuales el hombre «intenta» llevar adelante el evangelio. Pero tantos ejemplos y su Palabra en Marcos 4.26-29 nos indican que la forma de trabajar de Dios en su reino comienza desde abajo, desde el trabajo, desde lo cotidiano, desde uno mismo. Las luces y brillos de nuestros eventos y programas no pueden oscurecer la Palabra dada por Dios que siempre es para «quien tenga oídos para oír». 

 

Desde abajo implica reconocer los pequeños aportes, los de cada miembro, los de cada anciano, los de cada grupo pequeño, que construye en el anonimato vidas de fe que incluyen acciones concretas hacia Dios y hacia el prójimo demostrando así que su fe esta viva (Santiago 2.17).

 

Desde abajo significa empezar a reconocer que el reino sólo se extenderá a través de la acción voluntaria de cada cristiano y no a través de las grandes reuniones que realicemos. El medio elegido por Dios para extender el reino es el cristiano y nada nos hará madurar más que reconocer el hecho de que fuimos salvados para «anunciar» 1ra Pedro 2.9.

 

Desde abajo significa empezar a confiar en cada miembro de la iglesia como el medio elegido por Dios para la realización lenta pero segura de su misión. Desde abajo significa que como Jesús, cada uno aprenda a trabajar silenciosamente abajo del púlpito para formar a hombres y mujeres que continúen la tarea.

 

Desde abajo significa reconocer que muchas cosas avanzarán, crecerán y se formarán sin nuestro aporte, y eso demostrará que no es una obra de hombres.   

¿Podremos valorar el trabajo «desde abajo»? 

 

Oración: Señor, quiero empezar hoy a trabajar desde abajo para tu reino, con el único fin de que tu veas mi obediencia y te alegres en ella.

 

 

 

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